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20/8/13

RUTA VADEANDO EL RÍO CHILLAR (MÁLAGA 10/08/2013)


Hola amigos de los Locandares, volvemos con otra aventura.

Esta vez sobre un río y en uno de los parajes más bellos de nuestra costa andaluza, vadeando el río Chillar (Málaga).

El Chillar es un río corto localizado en la parte oriental de la provincia de Málaga, entre los términos de Nerja y Cómpeta.
Nace a más de 1200 m, en la Sierra de la Almijara, en el núcleo del Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama y al pie del monte Piedra Sellada, si bien sus fuentes principales se encuentran en el lugar conocido como La Vegeta de la Grama. Su longitud  hasta el nacimiento del río es de 17 Km.

Nosotros llegamos a los Vados de los Patos, con una longitud de 16 Km. ida y vuelta, de dificultad MEDIA (por lo erosionado del terreno) y una duración de 6 horas aprox.


Partimos desde Aznalcázar a las 5:00 en dirección hacia Nerja (Málaga). Después de desayunar por el camino, llegamos sobre las 9:10.

Buscamos dentro del pueblo el aparcamiento de la calle Mirto, donde nos esperaba nuestro amigo Isidoro, que esta veraneando en la playa de la Victoria (Málaga) y decidió acompañarnos a la ruta.

Una vez ya colocadas las mochilas, y hacernos la foto de rigor, nos dirigimos hacia la presa e inicio de nuestra ruta.



     Arriba de izquierda a derecha ( Isidoro, Diego, Richard, Dani, Jose Álamo, Carmen, M. Angeles, Paqui, Loli,             
       Virginia, Enrique).
      Abajo de izquierda a derecha ( Felipe, David, Montero, Pelayo, Roque).

Después de una bajada pronunciada por un camino asfaltado que cruza por debajo de un enorme puente, nos adentramos en el Parque Natural Sierras de Tejada, Almijara y Alhama en dirección hacia la central eléctrica.







A un kilómetro y medio de la salida pudimos ver a lo lejos la central eléctrica e inicio de nuestro sendero.








!Que ganas de agua llevábamos¡ Algunos de los miembros del grupo se atrevieron a darse un chapuzón en el chorro de agua que expulsaba la pared de la central hacia el cauce del río.


                                                     





Una vez tomado el primer chapuzón del día, tomamos dirección ascendente por el cauce del río Chillar. En los primeros tramos se alterna la zona seca y por el interior del río.








! Mirad que agua tan cristalina ¡ Conforme avanza el día se torna turbia por las constantes pisadas de los numerosos senderistas que visitan este maravilloso lugar. Nuestro consejo es que si quieren hacer esta ruta, vale la pena darse un madrugón y ser de los primeros que suben el río.



Nos adentramos cada vez más en la sierra, y el río cruza en algunos tramos entre grandes paredes de montaña. La variada vegetación típica ribereña como cañaverales, juncales y palmitos nos acompaño durante todo el recorrido.






Caminamos en dirección hacia los "Cahorros del río Chillar", y subiendo el cauce nos encontramos la primera poza de agua.





Aquí vemos a nuestro amigo José Álamo,  Alias "SPIELBERG", gracias a él y a la cámara que nos deja en cada ruta nuestro amigo "LAGO", los locandares podemos filmar nuestras rutas.



Después de unos kms ya en nuestras piernas, decidimos descansar un poco y recuperar algo de líquido.




Por fin llegamos a los Cahorros del Río Chillar, y nos introducimos en un pasaje con una sucesión de tres gargantas de mármol de origen Kárstico, en los que el río se estrecha y serpentea encajonado entre paredes de más de veinte metros de altura. Sin duda el lugar más impresionante de nuestra ruta.








Una vez fuera de los Cahorros del río Chillar el cauce se hace más agreste, con pequeñas cascadas, donde hay que sortear piedras y oquedades en el cauce, lo que hace más emocionante la ruta. Llegamos a una de las pozas más grande del recorrido, donde el agua nos llegaba a la cintura, algunos de los miembros del grupo no se resistieron y se dieron un pequeño chapuzón.





                                                         
De nuevo el río se encajona entre montañas, dando una sensación al grupo de andar por un lugar virgen e inexplorado.





!Cuidado con los resbalones!


Por el cauce encontramos numerosos troncos que nos ponían algo de dificultad en nuestro caminar, pero también le dan belleza al lugar donde pasábamos.







Seguimos dirección hacia los Vados de los Pastos, deleitándonos de los maravillosos paisajes que nos ofrecen esta magnífica ruta.






No encontramos gran variedad de fauna, básicamente algunas mariposas de hermosos colorido, y si que nos dio la bienvenida una hermosa araña que nuestras féminas del grupo decían que era de plástico, pero que cuando le hicimos que se moviera y alzo las patas, salieron despavoridas.

                                                                         



Aunque casi toda la ruta es sombría y propicia para realizarse en época veraniega, hay tramos donde los rayos del sol traspasan las montañas y reflejan en el agua del cauce dando unas imágenes muy bellas del recorrido.








Nuestro amigo Felipe no pudo resistirse y se refrescó en unas de las tantas pozas pequeñas que nos encontramos por el cauce.





Seguimos subiendo el cauce del río Chillar y cada vez se hacía más complicado andar por su cauce, teníamos que sortear pequeñas cascadas y saltar troncos de árboles caídos.








 Ya con unas horas de ruta en nuestras piernas, y el gusanillo del hambre haciéndose presente en nuestros estómagos, decidimos hacer una parada para repostar energía.





 Después de apagar un poco nuestro apetito, nos pusimos de nuevo en marcha.





Una de las personas del grupo que disfruto al máximo de la ruta es nuestro amigo Richard, el tomaba el camino más difícil para andar y ahí íbamos los demás a seguirle como cabras en el monte.





Mirad que piedra más curiosa, parece como si hubieran hecho un mosaico de piedrecitas en ella.


Tenemos que hacer una mención especial a las mujeres del grupo que se portaron como unas verdaderas campeonas, unas todoterreno. La verdad es que cada vez están más implicadas en el grupo y esperamos verlas ya haciendo cumbre de una montaña con nosotros.




Subíamos y bajábamos rocas donde corría el agua con bastante fuerza, a veces nos parecía que estábamos en medio de esos rápidos que hemos visto en tantos documentales en televisión.








Llegamos al lugar que nos habíamos puesto como meta en esta ruta, la cascada de "El Vado de Los Patos". Aunque el río sigue hasta su nacimiento, decidimos acabar la ruta en otro de los parajes más bellos de la ruta.



Nuestra locandares Paqui también se atrevió a darse un baño en poza.





El presi disfrutó durante toda la ruta como un niño chico. .



Esperamos que os haya gustado.

!HASTA OTRA AMIGOS DE LOS LOCANDARES!.

FOTOS:       - Juan Antonio Montero
                    - Isidoro

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