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13/3/12

RUTA DEL RÍO TINTO (BERROCAL- LA PALMA DEL CONDADO 03/03/12).


Hola amigos de Locandares.

Aquí os contamos otra de nuestras aventuras, una ruta entre los términos de La Palma del Condado (Huelva) y el término de Berrocal (Huelva). Seguimos el cauce del Río Tinto, donde caminamos por la antigua vía ferroviaria que unía la mina de Río Tinto con la localidad de Niebla (Huelva).

La ruta es lineal, tiene una longitud aprox. de 26 km y una duración, con paradas, de 7 horas. El nivel de dificultad FACIL.



Agradecer a Pelayo e Isidoro la planificación de la ruta. La ruta no está señalizada pero no hay pérdida, ya que las personas que quieran hacerla solo tienen que ir siguiendo la vía de ferrocarril.

La ruta la hemos realizado 12 Locandares: Francisco Roque, Ricardo Perea Jurado, Juan Antonio Montero, José Cabello, Gallego, Antonio Aranda, Diego, Isidoro Cabello, Manuel Marcelo, Felipe y Francisco Pelayo.

Salimos del bar los Búcaros a las 6:30 de la mañana después de tomarnos un café. La mañana en Aznalcázar era fría, por lo que nos podíamos hacer una idea del frio que iba a hacer en Berrocal.

Después de 40 minutos en coche llegamos al embalse del Corumbel. Situado en la carretera de Berrocal, se construyó en 1986 en unos terrenos adquiridos por el Ayuntamiento de la Palma del Condado. Su superficie es de 396 hectáreas. El Pantano del Corumbel bebe de los ríos Tamujoso y Corumbel y vierte sus aguas en el río Tinto.


Dejamos un coche en una zona habilitada cerca del embalse. Los coches restantes nos dirigimos hacia el término de Berrocal, donde convergen la carretera con la antigua vía de la estación de Berrocal, lugar de inicio de nuestra ruta.

El día amaneció frío y con bastante niebla, lo que dificultó en los primeros kms de la ruta para observar el paisaje y hacer bonitas fotos del lugar. Después de hacernos la foto de grupo comenzamos nuestra andadura.

     
               arriba de izquierda a derecha ( Roque, Ricardo, Manolo, Aranda, Felipe, Vargas, Diego e Isidoro).
                    abajo de izquierda a derecha ( Pelayo, Montero, Gallego, Jose Cabello).




Caminamos por una antigua vía ferroviaria en dirección hacia La Palma del Condado. A unos pocos metros y después de pasar un pequeño puente nos encontramos los primeros vestigios de unas casas de la que fue la estación de Ferrocarril de Berrocal.

La Estación de Berrocal fue una de las 12 estaciones que unidas a las estaciones de los ramales, hacían un total de 17 todas de estilo victoriano. Las estaciones de este estilo, se caracterizan por tener dos plantas.



A estas horas de la mañana y con la niebla que había no pudimos apreciar bien el colorido del Río Tinto. Seguimos andando por un pequeño sendero que habilita la vía del tren a derecha e izquierda de la misma, e incluso a lo largo del recorrido caminamos por el interior de la vía.




A un km aprox. encontramos una oquedad en la piedra, y aunque el grupo quiso imaginar que utilidad tendría aquella pequeña cueva, no encontramos ninguna. 



Durante el camino, aunque con la dificultad de la niebla, el grupo pudo apreciar La Casa Molino.


Continuamos caminando, sin perder la dirección de la vía férrea y esperando que a lo largo de la mañana se disipara la niebla para recrearnos más en la belleza del río Tinto y sus paisajes.




Como conocimiento histórico, La Ríotinto Company Limited se constituyó el 14 de Febrero de 1873, días después comenzaban las obras que se acabaron el 28 de Julio de 1.875. Se decidió que la línea tendría un ancho de 1,067 metros, conocido por vía métrica inglesa.

En total se construyeron 83 km. de vía General, vía que iba desde Huelva hasta las dos grandes estaciones, conocidas por Ríotinto Estación y Naya, receptoras a su vez de una serie de ramales que unían todo el transporte de mineral en la cuenca. La red de vías interiores hacían un total de 234 km.



Pudimos apreciar la construcción de una alcantarilla para el paso de una torrentera.


La vía férrea continua entre montañas, donde nuestro amigo Manolo nos pudo mostrar en la roca las barrenas que habían utilizados para romper la piedra.




Durante el recorrido nos quedamos perplejos por unas construcciones que lindaban a la vía del tren. El grupo decidió entrar en unas de las casas, aunque el estado de conservación en que se encontraba la casa no era el más idóneo.




Pudimos apreciar que por sus amplias habitaciones con sus respectivas chimeneas en cada una de ellas, la gran cocina con esa formidable campana y un jardín que en época de prosperidad minera debió ser de gran belleza, se podía deducir que era la casa de una familia inglesa pudiente de la época.





A unos 5 km aprox. encontramos el primer puente del tramo de ruta que el grupo nos habíamos propuesto realizar,  “El Puente del Manzano” y “El Túnel del Manzano”.
Dicho puente tiene una longitud de 54 metros y la anchura total del puente, incluidas las plataformas peatonales es de 4 metros. En toda la vía férrea se construyeron 8 puentes para salvar la hidrografía de la comarca.

Al pasar el primer puente, nos dimos cuenta que a nuestro amigo Aranda no le hacía mucha gracia cruzarlo, puesto que con el tiempo que había pasado desde su construcción y la mala conservación de los mismos, había que tener precaución al cruzarlo.

Nuestro amigo Isidoro nos comentó que a lo largo de la ruta había puentes en peores condiciones que el que estábamos pasando. 





El Túnel del Manzano tiene una longitud de 110 metros de longitud, tiene bóveda de ladrillo semicircular y planta ligeramente curvada. En la actualidad es el túnel más pequeño de todos.




Al cruzar el túnel nos encontramos un transbordador, estos eran utilizados por los celadores de telégrafos y teléfonos para atravesar el río en épocas de crecidas.


Seguimos caminando en dirección hacia la Palma del Condado, recreándonos en los paisajes que levemente nos iba dejando ver la niebla.




Llegamos a un lugar donde le  llaman las Agujas, nuestro amigo Pelayo nos comentó que era uno de los lugares más bellos de la ruta. La niebla fue la culpable de no dejarnos recrear mucho en este bello lugar.
 


Parte del grupo decidimos  bajar a la orilla del río Tinto. Después de realizar un primer intento de bajada por una pendiente complicada, decidimos no arriesgarnos a una caída y encontramos un lugar donde la bajada era más segura.




Una vez en la orilla, pudimos apreciar con más claridad el color de sus aguas y el colorido amarillo que dejaba el azufre en las rocas.




Después de subir de nuevo hacia la vía férrea continuamos nuestra marcha. Durante el camino pudimos observar una cantidad de traviesas de madera que antes formaba parte de la vía apiladas en los extremos de la misma.


Nos encontramos el segundo puente y túnel de nuestra ruta. “El Puente Barranco Mansegoso” y “Túnel Mansegoso”. El túnel tiene una longitud de 120 metros. Antes de entrar en el túnel el grupo se tomó un respiro y repuso algo de líquido.





Una vez fuera del túnel, pudimos apreciar que el día poco a poco se abría y nos ofrecía unas vistas cada vez más bellas de nuestra andadura por el Tinto. Ya podíamos apreciar los contrastes de colores que ofrecía el río al incidir los rayos del sol en sus aguas.





Sus aguas rojas se caracterizan por su pH entre 1.7 y 2.5 (muy ácido) con alto contenido en metales (hierro mayoritariamente, cobre, cadmio, manganeso, etc).





Seguimos caminando y llegamos a nuestro tercer puente con el nombre de “Puente Cabezo de Esparragosillo”.



También apreciamos algunos derrumbes de pizarra en la vía férrea. Nuestro amigo Ricardo nos anotó que eran las mismas que se utilizaban en decoración en los patios de algunas casas actualmente.




Continuamos deleitándonos de los colores rojizos que nos ofrecía el Tinto, y de la vegetación reflejada en sus aguas.




Después de unos kms llegamos al  “Túnel El Peral”, con sus 135 metros de longitud.
Antes de entrar al túnel buscamos un lugar para descansar y apaciguar un poco el hambre con unos bocadillos.




Una vez terminado el descanso cruzamos el túnel y continuamos nuestra marcha en dirección a la Palma del Condado.




Por el camino encontramos algún resto de un animal, y algunos miembros del grupo se dedicaron a recomponerlo para averiguar cuál podía ser. Hubo algunas bromas sobre el esqueleto del animal, ya que se nos venía a la mente que era demasiado grande. ¡CANIBALISMO!.


También encontramos algunos afluentes que vertían sus aguas hacia el Tinto. Llamaba mucho la atención el contraste de sus aguas con las del Río Tinto.


Seguimos caminando y vimos al fondo  “La Estación de las Cañas”, en un enclave de una autentica belleza.



La Estación presenta la peculiaridad de tener dos plantas de estilo victoriano, donde pudimos apreciar un gran depósito que servía para almacenar combustible para la recarga de trenes y también una pequeña construcción que intuimos que fuera un pequeño horno.




Una vez dejada la estación atrás continuamos nuestro camino acompañados en todo momento por el Tinto.




Llegamos a  las viviendas conocidas como “La Pasada de las Cañas”.  Estas viviendas se construyeron en el año 1913 para operarios de vías y obras.


Caminamos entre barrancos, pudiendo apreciar la belleza del Tinto. Después de una curva pronunciada, pudimos ver  “El Puente sobre el Barranco del Parral”. Este puente está en un enclave muy bonito de la ruta, ya que se encuentra  entre montañas y el Tinto le da a esta zona una belleza inigualable.



Durante el recorrido encontramos placas conmemorativas. En ellas se especifica el comienzo y terminación de un muro o de una construcción.



A 3.5 km de “La Pasada de las Cabañas” llegamos al Cerro Salomón, donde se encuentra “El Puente Salomón” y “El Túnel Salomón”.

El puente original de la línea fue construido por el ingeniero Inglés Sir George Barclay Bruce entre 1873 y 1875. El puente fue destruido por la riada de 1888 y reconstruido bajo la dirección del ingeniero Thomas Gibson. El puente tiene una longitud de 68 metros. 




El Túnel Salomón tiene una longitud de 140 metros, y es el último túnel de los cinco de la vía general. Es el mayor de todos. El grupo tuvo que encender sus linternas para evitar caídas.




Después de cruzar el túnel,  dos miembros del grupo hicieron un poco la cabra montesa y subieron hacia una prominencia del Cerro Salomón. Allí pudimos disfrutar de unas vistas increíbles de la vía férrea y El Río Tinto, donde se puede apreciar una casa construida a pie del túnel donde habitaba el guarda del Puente y el Túnel.




Continuamos caminando en dirección hacia nuestro destino, “La Palma del Condado”. Los kms pesaban ya un poco para algunos acompañantes del grupo. Nuestro amigo Manolo sufrió de lo lindo los últimos kms de la ruta a consecuencia del calzado que eligió para la ruta.




Después de unos kms llegamos a  “El Puente  Manantial”. Su destino fue similar al de Salomón en la riada de 1888. El original fue construido por el ingeniero inglés Sir George Barclaybruce, al igual que su reconstrucción fue confiada al ingeniero Inglés Thomas Gibson. Su longitud total es de 50 mts.




En este puente nos ocurrió la anécdota más graciosa de nuestra ruta. Nuestro amigo Aranda, cuando íbamos a cruzar el puente, se frenó en seco y le entró un poco de pánico.

El puente había que cruzarlo por una viga de madera gruesa que iba por el centro y él no estaba por la labor de hacer malabarismo. Aranda decidió bajar hacia el río y cruzarlo a pie, hubo muchas risas cuando lo cruzaba ya que le decíamos que se le iban a caer los pies a cachos con los minerales que lleva el río.




El Río Tinto en nuestros días ha tenido mucha importancia, ya que científicos de la NASA ha estudiado el hábitat del río Tinto por su similitud con Marte.

Los científicos estadounidenses han trabajado con una sonda que estudia el fondo del río, un lugar a oscuras en el que los microorganismos se alimentan de metales pesados desde hace 500.000 años.



Ya llegando al final de nuestra ruta la orografía del camino cambiaba. Los tres últimos kms de ruta al grupo se le hizo un poco pesadas, ya que había bastantes piedras que impedían el buen caminar.

En la orilla del río encontramos una construcción que nos llamó mucho la atención. Para unos era un boliche antiguo donde se quemaba leña y para otros era un antiguo molino.




Sobre las tres de la tarde y después de subir unas pendientes llegamos al embalse del Corumbel y fin de nuestra ruta. Llevábamos una nevera con cervezas y refrescos, y nuestro amigo Isidoro y Aranda nos deleitaron con una formidable tortilla y caña de lomo.




Como estaría nuestro amigo Manolo con los pies que con lo que le gusta la cerveza a este hombre, lo primero que hizo fue llegar al río quitarse los zapatos que le habían llevado por el camino de la amargura y remojarse los pies en el agua del embalse.

De cómo llevaba los pies revoloteó los zapatos por los aires cayendo en las aguas del embalse. Las risas eran abundantes, y nuestro amigo Aranda tuvo que cogerles los zapatos y llegar al pueblo con ellos mojados.


Un Saludo Amigos de los Locandares.

¡Hasta otra aventurilla!

Fotos cedidas:

                                    -Isidoro.
                                    -Ricardo Perea.
                                    -Juan Antonio Montero.

Los Locandares le damos gracias a estos enlaces de internet ya que nos han facilitado información histórica del Río Tinto y gracias a ellos hemos podido saber los nombres de Puentes, túneles y estaciones por donde la ruta se ha desarrollado.

-Tintolocos.blogspot.com.
-Blog la Factoría.
-Ferrocarril de Río Tinto.
-Cuenca Minera Información y Turismo.





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