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17/1/13

OPERACIÓN BALTASAR (05/01/2013)


Estimados amigos del grupo de senderismo Locandares,

A continuación, os vamos a contar el último proyecto en el que nos hemos embarcado los Locandares, el cual, por el hecho de no tener relación con lo intrínsecamente nuestro, que son las rutas y la naturaleza, ha sido de los más complejos y de los que mayor desgaste emocional y personal ha provocado en el grupo. Pero la recompensa ha merecido la pena, y el haber superado todas las dificultades que han ido surgiendo en el camino ha conseguido reforzar aún más los lazos que nos unen, porque han sido unas semanas de mucho trabajo, muchas reuniones, en definitiva, mucha interacción y convivencia entre todos los miembros del grupo.

El proyecto al que nos referimos es el de participar en la Cabalgata de Reyes Magos de nuestro pueblo, Aznalcázar. En concreto, hemos conformado la carroza del Rey Baltasar, convirtiéndonos por unos días en toda una corte (Rey, pajes, subalternos…) dedicada exclusivamente a intentar ilusionar y hacer felices a todos los niños, y no tan niños, de nuestra localidad.

El origen de la idea partió tras la celebración de la ruta por los pinares de Aznalcázar, en la que nosotros participamos como organizadores de la misma, en beneficio de la Cabalgata de Reyes Magos. Esto hizo que estableciésemos contacto con los responsables de la Asociación de la Cabalgata de los Reyes Magos, a los que felicitamos por el excelente trabajo realizado, que nos informaron que a finales de Noviembre aún no tenían localizados a los tres reyes magos de oriente (posiblemente estarían perdidos en algún desierto camino de Belén), motivo por el cual estaban muy preocupados.



A partir de ese momento, la idea de ayudar comenzó a germinar en las cabezas de los Locandares, pero de forma individual, sin conexión ni proyecto definido. Por fin, sucedió lo que tenía que suceder, que en una de nuestras reuniones post-ruta, en la que nos relajamos comentando los sinsabores de la misma, acompañados de varios tonificantes y reconfortantes beefeater con tónica, decidimos participar en la cabalgata de Reyes Magos. Hasta la fecha el grupo siempre se había involucrado en proyectos relacionados con el senderismo, colaborando con quién nos lo solicitase, pero siempre enfocados a actividades de naturaleza. A partir de este momento entramos en un universo desconocido para nosotros, al que todos nos tendríamos que adaptar, y nos establecimos un compromiso con el pueblo de Aznalcázar, consistente en poner todas nuestras fuerzas e ilusión en preparar la mejor carroza de Baltasar que nos permitieran nuestras posibilidades.

Por último, para ratificar una decisión tomada en una reunión no formal (por decirlo de manera suave), decidimos organizar otra reunión en donde la única bebida autorizada fuese el café. Ahí se confirmó la decisión y elegimos a nuestro rey Baltasar, que hay que decir que en principio dudó, por temor a la responsabilidad que adquiría, pero después aceptó, y el grupo se entregó en cuerpo y alma a la causa a la que nos habíamos conjurado.



Lo primero que había que hacer era aportar capital para comenzar a realizar las primeras compras, buscando además otras fuentes de financiación que nos ayudasen a organizar una carroza a la altura de lo que se esperaba de nosotros. Para ello, los Locandares siempre nos hemos caracterizado por utilizar el método de la tormenta de ideas (que en términos anglosajones se denomina Braisntorming) y que consiste en ir aportando cada componente del grupo sus ideas y opiniones de lo que debemos hacer (es decir, cada uno diga lo que le salga de los mismos, y aquí si que somos expertos, generando en segundos cientos de paridas) y luego extraer las realmente buenas para montar el plan de acción (esto último nunca lo solemos lograr pero nos lo pasamos de arte). Por fin, decidimos que cada uno de nosotros pusiese una cantidad fija, y, como medidas adicionales, hacer una rifa, en la que el ganador sería obsequiado con una camiseta diseñada en exclusiva por nuestro artista de cabecera, Sr. D. Manuel J. Almagro, que sacó lo mejor de su repertorio con una creación muy original que encarna la esencia de los Locandares. Esta camiseta fue expuesta en varios establecimientos de nuestra localidad, y las papeletas nos las repartimos los componentes del grupo. Hay que decir que cada paso iba siendo decidido en múltiples y maratonianas reuniones, a las que asistían los que podían en cada momento, y que agradecemos a nuestras familias la paciencia infinita que han tenido con nuestro proyecto (sobre todos los que tenemos hijos en edad escolar, que además estaban de vacaciones).


Otra de las actividades que pusimos en marcha fue la realización de una porra en la que se sorteó un simpecado en miniatura, donado por Manuel Almagro para tal fin, lo que nos supuso otra fuente adicional de ingresos, ya que todo el dinero recogido fue destinado íntegramente a los gastos de la cabalgada, porque, como ya se ha dicho, el premio fue una donación. Por cierto, una auténtica obra de arte. Esta porra se hizo en “Bodega la Cruz” porque, al ser un simpecado rociero, se pensó que era el lugar más idóneo por la clientela que suele tener este bar (a cuyos responsables agradecemos su colaboración).


Además de dinero, también nos pusimos a trabajar buscando empresas o personas que quisiesen participar en nuestra causa, aceptando cualquier aportación, regalo o producto publicitario que pudiésemos ofrecer a los niños y mayores de nuestra localidad. Así, además de los consabidos caramelos, chucherías varias y juguetes, conseguimos reunir una auténtica batería de regalos para repartir (pavos, botellas de vino, naranjas, roscos, chacinas, peluches, figuras de animación, postales, camisetas, cajones de naranjas, y hasta una noche en hotel de 4 estrellas). Para los que no se podían tirar desde la carroza preparamos unas cajitas en cuyo interior estaba un escrito informando del premio conseguido, lo que daría un poco de más emoción a las personas que cogían las cajas.


                                    Agencia de Viajes Aznaltour donó un peluche gigante y un viaje para dos personas 


                                   
                                                                              Bodega el Bergo donó ( botellas de mosto de este año)



                                                    Centro de Visitantes el Guadiamar donó numerosos regalos

Por iniciativa propia, el rey Baltasar quiso regalar a todos los niños (hijos y sobrinos) de los que participamos en la organización de la carroza un cofre repleto de monedas de chocolate, acompañado de un pergamino escrito a mano por el propio rey. Los gastos corrieron a cargo del rey, pero el trabajo que supuso pintar todos los cofres de oro y forrarlos por dentro con terciopelo se queda para nosotros. Han sido muchas las horas que dedicamos a preparar estos regalos, pero mereció la pena cuando vimos las caritas de los niños cuando se los entregaba el Rey.








Otro de los regalos especiales que se prepararon fueron roscos de la Cooperativa Panadera Aznapán, a instancia de un compañero del grupo, Felipe. Para ello varios miembros del equipo se reunieron una tarde a preparar y empaquetar los roscos, que tuvieron mucho éxito en la cabalgata (la gente los pedía para picar durante el recorrido, y al que había cogido algún envase de jamón ya ni os contamos…)



En fin, los días previos a la cabalgata fueron días de locura. Se realizaron varias excursiones para comprar los caramelos y juguetes, a las que asistieron varios miembros del grupo. En este punto agradecer su inestimable ayuda a Paqui, la mujer de otro componente del grupo, que desde el principio se mostró dispuesta a ayudarnos en las compras. Hubo que organizar otra salida para comprar los trajes de la comitiva real. El traje de Baltasar, digno del rey que lo portaba, llegó directamente de tierras celtas del norte de Hispania, en concreto de Acrunia (actualmente A Coruña). Como no podía ser de otra manera, las anécdotas y peripecias de estos viajes fueron innumerables, quedando en el recuerdo de los que participaron en ellas.

En estos días, ya actuábamos como entidad propia (Corte del Rey Baltasar), y como tal, colaboramos en eventos como el I Mercadillo del Juguete de Aznalcázar, que se celebró en el Centro de Visitantes del Guadiamar, donando juguetes a los que pudiesen acceder los niños más desfavorecidos.


También se decidió la estructura de la carroza y los componentes de la misma, que quedó de la siguiente forma; además del Rey Baltasar, Manuel Almagro, los pajes adultos serían Roque, Montero, Antonio Manfredi y Alfredo. Los pajes infantiles los formarían Bárbara, Lourdes, Marco, Alejandro, Antonio, David, Javier, José Nicolás y Diego. En el interior de la carroza irían Antonio Peña y José Alamo organizando los regalos. El resto nos encargaríamos del suministro y abastecimiento de la comitiva. Para ello utilizamos un camión, que iba detrás de la cabalgata (al ser la carroza de Baltasar, iba la última, hecho que nos facilitó la tarea), y desde allí íbamos reponiendo de material a la carroza evitando en ningún momento quedase sin existencias.

El día 4 de Enero, el grupo quedó por última vez antes de la llegada de los reyes. Tuvimos que cargar la carroza con lo necesario para poder realizar el primer tramo del recorrido y el resto lo cargamos en el camión para irla abasteciendo a lo largo del itinerario. Ese día, después de todo el trabajo realizado y de haberlo dejado todo preparado para el gran día, el grupo decidió reunirse y comentar todo lo acontecido durante los preparativos (como cuando terminamos una ruta). Y aquí, por fin, con todo el mundo relajado tras la maratón de preparativos, volvió a resurgir el alma Locandares, y no se sabe como terminó la reunión. No ha habido nadie capaz de poner una hora exacta de finalización de la misma. Cada uno fue abandonándola por sus propios medios. El único dato constatable es que al día siguiente todo el mundo tenía un dolor de cabeza de narices, y algunos tenemos cabeza para aguantar tres dolores, pero ni por esas… Este fue otro de los días memorables de esta experiencia.



                                                                                     Bodega el Bergo

                                                                                   Bar Tango

Y por fin llegó el gran día, el día para el que tanto habíamos trabajado y para el que tantos sacrificios habíamos realizado. Ya lo único importante era estar a la altura, no decepcionar a los que habían confiado en nosotros para esta empresa, y conseguir que la magia de los Reyes Magos llegara al corazón de todos los niños y mayores de nuestro pueblo. Y aquí ya nos ponemos serios, habrá gente que haya podido tener la misma ilusión, pero no más. Los que estuvieron arriba se metieron en la piel de sus personajes y estuvieron sensacionales, contagiando alegría y buen ambiente por donde pasaban.

La comitiva real se concentró ese día en casa de Roque para recibir los últimos retoques (maquillaje, vestuario…) y desde allí se desplazaron al Ayuntamiento, donde, ya junto al resto de los Reyes y la Estrella de la Ilusión, fueron recibidos por las Autoridades de nuestro pueblo (aquí se encuentra José Antonio Martínez Gallego, Concejal y miembro de nuestro grupo, al que agradecemos su apoyo y colaboración). Desde allí, como es tradición, toda la comitiva realizó una visita a la Casa Hogar, al Asilo y a casa de Cele, para que también los Reyes Magos iluminen a todas estas personas que, por diferentes motivos, no puedan asistir a la cabalgata.







































Una vez finalizadas las visitas, los Reyes y sus cortes llegaron al punto de inicio de la cabalgata, donde ya les esperaban preparadas el resto de carrozas para comenzar el recorrido. Este año han participado ocho carrozas (además de las de los Reyes y la de la Estrella, tres de Fantasía y una de Animación) y además ha cambiado el itinerario habitual, alargándose el recorrido. Desde aquí queremos mostrar nuestro reconocimiento y admiración al grupo de personas que han colaborado en la Asociación Cabalgata de los Reyes Magos de Aznalcázar, por el excelente trabajo realizado, y decirles que estamos a su disposición para volver a colaborar con ellos organizando rutas en los próximos años.











Durante todo el recorrido de la cabalgata, nuestra carroza siempre estuvo rodeada de niños y mayores esperando los regalos de Baltasar y sus pajes, que no pararon de tirar regalos e intentar que todos tuviesen algún detalle, desde los que estaban pegados a la comitiva, hasta los que, por edad o por evitar aglomeraciones, se encontraban más lejos contemplando el paso de sus majestades los Reyes. Tampoco se salvaron puertas abiertas, balcones, azoteas, garajes, y todo espacio donde hubiesen personas viéndonos pasar. Durante el trayecto, todo el grupo actuó como un equipo, los de arriba, los del interior de la carroza y los de abajo; estábamos allí todos, codo a codo, como en nuestras rutas más duras, sabiendo cada uno lo que tenía que hacer para que nada fallase. Y en esos momentos, acompañados por nuestras familias, es cuando tomamos conciencia de que todo el esfuerzo realizado había merecido la pena.









Cuando llegamos a la plaza del Cabildo, que marcaba el fin de la cabalgata, los Reyes y sus pajes, una vez bajados de sus carrozas, hicieron una visita a la capilla para presentar sus ofrendas a Nuestro Padre Jesús. Luego, volvieron a la plaza y, como siempre han hecho desde tiempos inmemoriales, los Reyes Magos entregaron sus regalos a los niños del pueblo.




Como colofón al gran día, la última misión del Rey Baltasar fue entregar un cofre repleto de monedas acompañado en un papiro, escrito de puño y letra por el propio rey, a los niños del grupo Locandares. Este ya fue nuestro momento, nuestra celebración particular y privada después de un largo día de intensas emociones. Las caras de nuestros hijos recogiendo los regalos de manos del rey no las olvidaremos, y esos cofres, que tanto trabajo costaron hacer, nos recordarán para siempre los momentos que compartimos los Locandares en esta maravillosa aventura.





Como hemos ido comentando a lo largo de esta narración, muchas personas y entidades nos han ayudado para llevar esta empresa a buen puerto. Entre todos creemos que lo hemos conseguido. Por ello, nuestro infinito agradecimiento a:

Viajes Aznaltour.
Muebles Romo
Centro de Visitantes Guadiamar.
Bodega el Bergo.
Bodega la Cruz.
Baobab.
Sensapil Olivares.
Supermercado Día.
Pelayo.
Agustín Rodríguez Mora.
Antonio Delgado (Antoñín).
Antonio Peña Rodríguez.
José Antonio Martínez Gallego.
Francisca López Latorre.
José Antonio Parra León.


Hasta la próxima amigos de Locandares,


Fotos cedidas por:  - Juan Luis Quintero.
                              - Juan Ruiz.
                              - Antonio Manfredi.
                              - Juan Antonio Montero.

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