LO ÚLTIMO

25/3/13

RUTA EN DOÑANA (MATALASCAÑAS- SANLUCAR DE BARRAMEDA) 16/03/13


Hola amigos de los Locandares, aquí os contamos otra de nuestras aventuras.

Esta vez una ruta de playa, por uno de los parajes más bellos y salvajes de nuestra costa andaluza. Ruta entre Matalascañas (Huelva) y Sanlucar de Barrameda (Cadiz).

Es una ruta lineal con una longitud de 28 km, de dificultad MEDIA (por la distancia recorrida) y una duración de 6 horas y media aprox.


Partimos hacia Matalascañas a las 7:00 de la mañana después de haber desayunado en Aznalcázar.

Sobre las 8:00 aprox. Llegamos al punto de partida de nuestra ruta, el Hotel "El Coto", justo en el limite del Parque Nacional de Doñana.

Nos colocamos nuestras mochilas,  y tras hacernos la foto de grupo comenzamos nuestra ruta.



          Arriba de izquierda a derecha ( Peña, Diego, J. Antonio, Manolo, Raul, Javier, Paqui, J. Alamo, Beatriz)
             Abajo de izquierda a derecha ( Isidoro, Pelayo, Roque, Gallego, Carmen, Montero)

Después de unos 200 metros caminando por un pequeño sendero de madera, cruzamos por el cancelín que da acceso al Parque Nacional de Doñana.

Aclarar a las personas que quieran hacer algún día esta ruta que no se puede acceder al interior del Parque Nacional si no es con un  permiso, algo complicado de conseguir,  salvo acompañando algunas hermandades como Sanlucar de Barrameda, el Puerto de Santa María, etc, que hacen su peregrinación anual al Rocío cruzando estos bellos parajes.

El grupo se dirigió hacia la orilla de la playa, donde no hay problemas para realizar la ruta hacia Sanlucar de Barrameda caminando, pero no se permiten vehículos de tracción a motor sino se lleva permiso.

Otro dato importante es que hay que tener en cuenta las mareas, que en este caso se encargo de controlarlas perfectamente el amigo Felipe Gonzalez.






Dejamos atrás Matalascañas con el cielo estaba completamente cubierto de nubes, lo que presagiaba que algún chaparrón podía caernos y el consiguiente problema de llegar a Sanlucar calados hasta los huesos.

El tiempo tuvo piedad con nosotros, ya que menos cuatro gotas que nos cayeron, la lluvia no hizo acto de presencia.




Un hueso que no alcanzamos a identificar.


Encontramos las primeras cabañas de pescadores. Nos acordamos cuando antiguamente nuestros familiares arrendaban cabañas de este tipo para pasar las vacaciones.




A nuestro paso tuvimos que sortear algunos cauces de agua que desaguaban hacia el mar. Nuestro amigo Pelayo se atrevió a quitarse las botas para cruzar uno de tantos que nos encontramos por el camino, y probó a que temperatura se encuentra el agua en esta estación del año.





Encontramos alguna choza mas de pescadores, y algunos miembros del grupo comentaron que había algunas que tenían un pozo con agua potable. Parece mentira que tan cerca del mar se encuentre agua potable.





Encontramos un resto de red de pesca, que elmar había arrastrado hacia la orilla con numerosas conchas de criaillas. Algunos miembros del grupo aprovecharon y cogieron algunas conchas para llevárselas de recuerdo.




Caminamos en dirección hacia Torre Carbonero, y a nuestro paso nos encontramos numerosas bandadas de gaviotas y  correlimos, que corrían como condenados por la orilla del mar comiendo toda clase de pequeños microorganismos.



Es todo un lujo caminar por este mar todavía virgen, exento de construcciones, y escuchar el agua rompiendo en la orilla. Gran sensación de tranquilidad.




Encontramos algunos habitantes del fondo marino, como estrellas de mar, medusas, almejas, coquinas, y un congrio que por lo visto estaba cansado de nadar y se quedo arriado en la orilla cuando la mar bajo.






Algunas tanquetas del Parque Nacional de Doñana pasaron a nuestro lado, guiando a personas a la visita del Parque. Este tipo de vehículo nos llevaría más tarde de vuelta hacia el inicio de la ruta.


¿ Donde estará  la canoa y la persona que la llevaba ?, ¿ se lo habra comido un tiburón?, la imaginación de cada uno daba una versión de los hechos y las risas eran constantes por las ocurrencias que cada uno aportaba.


Después de un breve descanso para reponer algo de líquido y descansar un poco, el grupo llegó a Torre Carbonero.





Cual fue nuestra sorpresa al encontrarnos la asociación de Pesca de Aznalcázar, estuvimos hablando un rato con ellos y viendo algunas capturas que durante la mañana habían hecho.




Sobre las once de la mañana y con 15 km a nuestras espaldas, tomamos la decisión de parar y comer el bocadillo de la media mañana, el hambre se hacía notar.



Una vez saciado el gusanillo del hambre retomamos de nuevo nuestra ruta hacia Sanlucar. Otra de las sorpresas del camino fue encontrarnos a unos amigos del pueblo que hacían la peregrinación de Sanlucar Barrameda hacia el Rocío.

Este año no habían podido pasar por el interior del Parque con sus todoterrenos a causa del mal estado del camino por la cantidad de precipitaciones, pero si les dejaban llegar al Rocío por la orilla con su respectivo permiso. Nos obsequiaron con unas cervezas que nos supieron a gloria.




Después de una breve parada para charlar con nuestros amigos, decidimos continuar nuestra ruta, sabiendo que el final de ella estaba cada vez más cerca.



Encontramos un peregrino que se dirigía hacia el Rocío al que seguramente le gustara los deportes de riesgo, haciendo esquí todoterreno en vez de esquí acuático. ! Hay gente para todo !.


Ya cerca de nuestro objetivo pudimos divisar los restos  del  "Barco del Arroz". Hay muchas leyendas de lo que le pudo haber pasado al barco, de estas leyenda dio origen la expresión, "estar más perdido que el barco del arroz".

Una de ellas cuenta que el 27 de febrero de 1994, un barco chipriota cargado con 6.080 toneladas de arroz procedente de Bangkok, el Weisshorn, iba a penetrar en el río Guadalquivir con destino al puerto de Sevilla. A la altura de Chipiona, debido a la marea baja, el barco quedó encallado en la plataforma continental, provocando vías de agua.

El arroz se infló con el agua de mar hasta el punto de abollar las puertas metálicas que lo guardaban. El barco acabó partiéndose en dos y la tripulación huyó del barco hacia costas de Chipiona. Se dice que el buque no encalló por accidente, sino que fue el Capitán el que lo acercó a propósito a la costa, por una deuda con el armador.


Nos adentramos hacia la desembocadura del Guadalquivir y llegamos a los búnkers de Bonanza. Estos se construyeron durante la Guerra Civil Española para proteger la zona franquista de un posible ataque republicano. También se utilizó durante la postguerra, ante una posible invasión aliada.


 Después de seis horas y media caminando llegamos al final de nuestra ruta. Allí nos esperaba nuestro amigo Lago, que nos iba a llevar de vuelta hacia Matalascañas atravesando el interior del Parque Nacional de Doñana.

Pero antes cruzamos con la barcaza hasta Sanlucar de Barrameda para almorzar alli.







En nuestra pequeña travesía pudimos ver numerosas embarcaciones, y entre ellas nos llamo mucho la atención un pequeño crucero que según nos dijo Diego venía desde las costas Francesas y se adentraba por el río Guadalquivir hacia Sevilla.



Nos parecieron curiosas unas balizas que se encontraban en el medio del río y que se dispersaban hacia el mar.

Nuestro amigo Lago nos comentó que eran unas balizas de orientación para que los grandes barcos pudieran adentrarse hacia el río Guadalquivir sin embarrancar. Nos comentó que entre las balizas el río tenía una profundidad de 14 metros.




Una vez acabada nuestra travesía en barcaza, ya en Sanlucar de Barrameda, nos dirigimos hacia el restaurante los Corrales, donde Elena mujer de Diego había reservado mesas para el grupo.

La verdad después de los 30 km apetecía sentarse y descansar un poco. ! Muchas gracias Elena!.





La comida en el Restaurante fue exquisita, pudimos degustar del famoso " Pescaito Frito " y nos regamos con unas jarras de cerveza Cruz del Campo, y como no de algunas botellas de "Manzanilla", un vino que solo se da en Sanlucar y que es muy apreciado.






Después de llenar la tripa no había terminado el día y venía lo mejor. Cruzamos de nuevo el río Guadalquivir con la barcaza y nos montamos en la tanqueta del parque, donde nuestro amigo Lago nos deleitó con una vuelta hacia Matalascañas de ensueño.

El trayecto fue alucinante, cruzando el interior del Parque Nacional de Doñana, donde pudimos ver numerosos animales como ciervos, jabatos, flamencos, etc,  y observar los numerosos ecosistemas que se pueden ver en el Parque Nacional de Doñana.






Cruzamos por el Palacio de Doña Ana, que lo mandó construir Doña Ana Gomez de Mendoza y más tarde lo amplió el duque de Tarifa. Actualmente lo gestiona el Estado Español y es un lugar de acogimiento a los jefes de estado de nuestro país.


Hicimos una parada para estirar un poco las piernas y recrearnos de las vistas de la "Marisma". Este año con las abundantes precipitaciones la marisma llevaba un nivel de agua impresionante, y en ella se podían ver los flamencos y otras aves como las fochas, etc.




 Después de esta pequeña parada nos dirigimos hacia otro de los ecosistemas emblemáticos del Parque Nacional de Doñana, las dunas móviles. Aquí hicimos otra parada y el grupo pudo disfrutar como niños revolcándose en las dunas móviles.







 Ya anocheciendo llegamos a Matalascañas, disfrutando en la tanqueta de una maravillosa puesta de sol en la playa.




HASTA OTRA AMIGOS DE LOS LOCANDARES.


Fotos: - Carmen Lopez Latorre.
           - Isidoro Cabello.
           - Juan Antonio Montero.

Un agradecimiento especial del grupo Locandares a nuestro amigo Ambrosio Lago por su colaboración.

Entradas populares

Contacto

foxyform