Locandares. Amigos del Senderismo.: RUTA DE LOS CAHORROS DE MONACHIL ( GRANADA 17/10/2015).

14/11/15

RUTA DE LOS CAHORROS DE MONACHIL ( GRANADA 17/10/2015).

Hola amigos de los Locandares.
En esta ocasión la ruta elegida fue “Los Cahorros de Monachil”, en la provincia de Granada
Aquí os contamos una nueva aventura de este peculiar grupo, esta vez nos dirigimos hacia Granada, más concretamente en el pueblo de Monachil, para llevar a cabo la ruta de los Cahorros.

La ruta es circular, con una longitud aprox. de unos 10 km y una duración de unas 4 horas por las múltiples paradas que realizamos durante la misma.

Sobre las seis de la mañana partimos desde Aznalcázar hacia tierras nazarís.

Tras una breve parada para desayunar en Estepa llegamos a nuestro destino sobre las diez de la mañana.

El pueblo de Monachil está situado a 8 km al sureste de Granada, en la parte centrosur de la comarca de la Vega de Granada.

Desde Monachil nos desviamos hacia "El Purche" y a unos 500 metros a la altura del bar El Puntarrón nos encontramos la amplia Era de los Portachuelos, donde aparcamos los coches.

Tras la foto de grupo de rigor nos dirigimos hacia El Cahorro Alto, caminando junto a una acequia entre árboles frutales y pequeños huertos.

Pasado un restaurante llegamos a un cartel indicativo y tomamos dirección al Cahorro Alto.

Subimos una fuerte pendiente que nos llevó a la Era de los Renegrales, la cual nos proporcionaba unas vistas formidables del cañón.

Decidimos continuar subiendo otra fuerte pendiente en dirección a lo más alto del Cahorro, dejando atrás un sendero que discurría por el cañón que nos llevaría al Cahorro bajo.

Llevando un sendero bien definido, entre una vegetación de matorral, nos desviamos hacia la izquierda por un prominente brazo de tierra que nos llevó a unas vistas formidables del cañón.

! Isi donde vas !.

Seguimos rodeando el cañón, con unas vistas formidables del Cortijo el Cerrillo.

! Alejandro, empuja con fuerza !.

El sendero desciende hasta llevarnos a una bifurcación de caminos, donde después de un pequeño descanso cruzaremos hacia la otra ladera del cañón, dirección hacia las Chorreras / Central .

Una vez recuperada las fuerzas comenzamos a subir un sendero bordeando el cañón por su lado derecho en dirección hacia el Puente de las Chorreras.

Después de cruzar un cancelín de madera entre rocas, nos dirigimos ya descendiendo hacia el Puente de las Chorreras. Desde lo alto se podía apreciar ya grupos de personas caminando por el lado del cauce del río Monachil.

Una vez en el Puente de las Chorreras lo cruzamos y tomamos hacia la izquierda dirección hacia la Central de la Vega. La vegetación cambió considerablemente ya que se transformó en una vegetación de ribera.

Encontramos ya algunas edificaciones intuyendo que la Central estaba cada vez más cerca. Nuestro peque del grupo giraba los volantes de acero imaginándose que era el patrón de un barco.

Llegamos a la Central de la Vega y primera parte de nuestra ruta. Quedaba lo mejor, retornar hacia los coches caminando por los Cahorros.

Decidimos de vuelta parar en un llano cerca del río para tomar fruta antes de seguir.

Tras el descanso continuamos caminando y llegamos a Las Azuelas, un gran escampado donde pudimos ver grupos de personas descansando y tomando el Sol.

Tomamos el curso del río Monachil y comenzamos a caminar por un estrecho sendero, en el que a veces es necesario agacharse o agarrarse a unos ganchos metálicos.

Aquí tuvimos uno de los momentos más simpáticos del día, ya que a nuestro amigo Montero se le cayó el bastón al agua.

Entre Diego y su hijo que quería meterse de lleno en el agua y gracias que las lluvias aún no habían sido abundantes y el río llevaba poco caudal, se pudo recuperar el bastón.

En la mitad del desfiladero nos encontramos La Cueva de las Palomas. Un túnel natural formado por la erosión fluvial que puede presentar complicaciones en épocas de crecidas o deshielo.

La bóveda de la cueva está formadas por grandes rocas, sin duda uno de los parajes más bellos de la ruta.

Una vez cruzada la Cueva y realizado un pequeño descanso continuamos por un estrecho sendero donde el grupo tuvo que gatear para esquivar unas piedras.

Encontramos numerosos escaladores trepando como gatos las paredes verticales del cañón.

Seguimos nuestra caminata hacia otro de los enclaves más bellos de la ruta, el famoso puente colgante sobre el río Monachil.

Nos quedamos perplejos al contemplar el puente colgante de unos 63 metros de longitud sobre el río Monachil. Construido a principio del siglo XX con cuerdas y travesaños de madera, se remodeló en 1970 para adquirir su actual aspecto metálico.

Se recomienda que no crucen el puente más de tres personas al mismo tiempo para evitar posibles accidentes.

Después de cruzar otros puentes colgantes de menor longitud y acompañados de una exuberante vegetación, el grupo presentía que el final de la ruta estaba al caer.