Hola amigos de los Locandares.
Aquí os contamos una de las aventuras más bellas y sin duda la más dura que hemos realizado.
El Parque Natural de Sierra de las Nieves se halla en la Serranía de Ronda, en la provincia de Málaga. El parque ocupa una superficie de 20.163 metros cuadrados, entre los municipios de El Burgo, Istán, Monday, Paranta, Ronda, Tolox y Yunkera.
Sierras blanquecinas y calizas de abruptas formaciones se contraponen con montes alomados de colores rojizos.
Tanto en superficie como en el mundo subterráneo se suceden caprichosas formaciones kársticas originadas por la erosión y posterior precipitación de las calizas.
El nombre del Parque desvela la presencia de nieve en sus altas cumbres, que antiguamente se mantenía durante todo el año.
Territorio montañoso, donde se encuentra el bosque de Pinsapos, una especie exclusiva del Sur Peninsular.
La ruta es circular de una longitud aprox. de 15 km , con un nivel de dificultad ALTO y una duración aproximada de 7 horas y media.
Salimos desde Aznalcázar a las 5:30 de la mañana dirección
hacia el Burgo. Después de desayunar en la Yunquera tomamos dirección hacia el
Mirador Luis Ceballo , nos quedamos atónitos de la gran belleza del lugar.
Después de colocarnos las mochilas y hacernos la foto de
rigor nos dirigimos por el sendero Caucón-Tajo de la Caína. Tras haber
realizado ya numerosas rutas por el Parque Natural de Sierra de las Nieves,
sin dudarlo el sendero que nos llevo hasta el Tajo de la Caína es uno de
los lugares más bellos que hemos presenciado por esta sierra.
Una vez bajado a un pequeño valle, comenzamos una fuerte
subida que nos llevó al principio por un pinsapar con ejemplares jóvenes de
talla media.
Conforme tomábamos más altura los ejemplares de pinsapos se
hacían más grandes. Como lloviznaba un poco pudimos apreciar como emergía el
arco iris entre ellos.
Continuamos subiendo en dirección hacia el Tajo de la Caína.
Hacía bastante frío y de vez en cuando el cielo se cubría de nubes que obligo a
cubrirnos con los chubasqueros. Como la subida era dura parábamos de vez en
cuando para reponer algo de líquido.
Después de otro pequeño tirón llegamos a la Cañada de la
Carnicería. Su nombre viene dado por ser el escenario de numerosas batallas
entre castellanos y moriscos en el siglo XVI.
Una vez en la Cañada de la Carnicería seguimos hasta un mirador desde el que en días claros se puede apreciar el Torrecilla, el pico más emblemático con sus 1.919 metros de Sierra de las Nieves, y a nuestra derecha el Tajo de la Caína.
Nuestra amiga Loli superando el vértigo que tiene y queriendo estrangular a su marido por llevarlo por estos lugares.
El Tajo de la Caína debe su nombre a una leyenda. Se cuenta
en la comarca que una vez existió una mujer que le llamaban la Caína por
practicar la brujería. Fue detenida y ajusticiada por la inquisición que
decidió matarla, pero no en la hoguera, sino lanzarla desde el tajo a 1.394 mts
y de ahí su nombre.
! Juanma donde estás !.
Una vez realizado el trayecto sobre la Cañada dimos la vuelta sobre nuestros pasos para seguir subiendo y tomar dirección hacia el trayecto que nos marcaba nuestro GPS.
Os recomiendo a las personas que queráis realizar esta ruta contéis con GPS, ya que a partir de dejar la Cañada no está bien señalizada y podría haber problemas
Nuestra amiga Carmen, locandares hasta la médula. Una máquina en la montaña y donde el grupo vaya.
Prestad mucha atención a los hitos de piedra que se
encuentran en el camino, pueden ayudar mucho en esta ruta.
Cada vez tomábamos más altura y la vegetación cambiaba a la de alta montaña.
Nuestro amigo Lago, amante de la naturaleza y gran conocedor del Parque Nacional de Doñana, estaba deseoso de encontrar nieve ya que era la primera vez que realizaba una ruta invernal. ! Vaya si la encontró!.
Tomando un sendero entre un pequeño pinsapar encontramos los primeros parches de nieve.
El grupo seguía subiendo y el tiempo cada vez se complicaba más. Nuestra amiga Loli estuvo hablando con unos senderistas que bajaban y le comentaron que el tiempo arriba era una auténtica locura.
Al llevar un sendero diferente al nuestro decidimos seguir el track que nos habíamos planteado desde el principio, creyendo que no teníamos que sufrir las inclemencias del tiempo porque el sendero que seguíamos nos desviaría hacia abajo antes de llegar al lugar que nos indicaban estas personas. Pero no fue así.
El sendero que nos marcaba la bajada se encontraba a unos 1700 mts de altura. Al grupo se le hizo eterna esta subida.
Tuvimos que hacer una parada de varios minutos en plena ventisca, con una sensación térmica de – 7 grados y una nube perenne arriba en la montaña que no paraba de descargar agua mientras nuestro amigo Diego encontraba de nuevo la señal.
Los dedos helados de nuestro amigo y la incesante lluvia impedían tocar bien los botones del GPS. Entonces nuestro amigo Lago propuso de agruparnos sobre él para que entrara lo menos posible de agua y le hiciéramos una pequeña barrera a la ventisca.
El grupo cada vez se inquietaba más y a Loli le entró un pequeño ataque de ansiedad, no era para menos. Por fin Diego encontró la señal y ahora teníamos que encontrar el sendero que nos llevaría de nuevo hacia el inicio de nuestra ruta.
Algunos miembros del grupo preocupados por la situación que estábamos pasando comentaron de dar la vuelta por los mismos pasos que habíamos llevado. Diego nos comentó que era una locura, ya que nuestra ruta aumentaría con bastantes más km y además tendríamos que pasar de nuevo por tramos donde la ventisca nos azotaría con bastante fuerza. A unos metros cerca de aquí estaba el sendero que nos llevaría a los 5 km de bajada donde se encontraban nuestros coches.
Entonces decidimos buscar el sendero. El grupo seguía a Diego con GPS en mano y moviéndonos de un lado a otro, enterrándonos de nieve hasta la cintura. Esta situación lo habíamos visto en películas o documentales pero no creíamos que nos estaba pasando a nosotros en estos momentos.
De repente una voz grave sonó en la ventisca. !Aquí está el sendero!, esa voz salía de las mismas entrañas, la verdad es que a todos nos sonó como una voz celestial.
Nos encontramos unos hitos de piedras en nuestro camino indicándonos que el sendero que llevábamos era el adecuado.
Isi llevó la mochila de Loli que estaba exhausta del esfuerzo de caminar por la nieve. Incluso en una de las paradas del grupo nos asustamos un poco al ver las manos de ella moradas del frio debido a los guantes de lana empapados. Gracias a Lago que llevaba unos guantes secos en la mochila de repuesto y se los ofreció.
Después de una breve parada para reponer líquidos y
descansar un poco, retomamos el sendero mientras el humor volvía al grupo a la
vez que la nieve desaparecía y encontrábamos de nuevo la vegetación y el pinsapar.
Bajando encontramos una fuente y pudimos apreciar en su
interior una pareja de tritones.
Después de una impresionante bajada de 5 km donde tuvimos que emplear bastante nuestros bastones para evitar caídas, llegamos al final de nuestra ruta.
Exhaustos del cansancio el grupo llegó a la conclusión que la montaña te da lecciones cada vez que caminas por ella y sobre todo que hay que tenerle mucho respeto.
Desde este humilde blog el grupo agradece a DIEGO FUENTES
por su labor en los LOCANDARES, pues gracias a su serenidad en los momentos
difíciles pudo sacar a todo el grupo de la situación complicada por la que
pasamos.
Esperamos que os haya gustado.
! Hasta otra aventura amigos de los LOCANDARES!.
FOTOS: - Lago.
- Isidoro.
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