Hola amigos de los Locandares.
Aquí os contamos una nueva aventura. En esta ocasión nos dirigimos hacia el Parque Natural de Aracena y Picos de Aroche (Huelva), para realizar una bonita ruta acompañados de los peques del grupo en la que inculcamos buenos valores y nuestra pasión por la naturaleza.
Ruta lineal de 5 km con una duración aproximada de 2 horas y dificultad BAJA.
Después de dos horas de camino, llegamos a las 9:00 de la mañana a Galaroza. Galaroza es un municipio de la provincia de Huelva, se encuentra situado en pleno Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Esta localidad no se tiene claro su origen, pero parece ser islámico, ya que el origen de su topónimo pudiera venir de Aljaraza. Estas tierras fueron ocupadas por los musulmanes entre los siglos VIII y XII, hasta que en 1267 por el tratado de Badajoz queda adscrita al Reino de Castilla. Durante la Edad Media perteneció a la jurisdicción de Arecena, de donde se independizó en 1553. En 1594 Galaroza forma parte del reino de Sevilla.
Después de hacernos la foto de grupo de rigor y con el inicio de sendero localizado, comenzamos la ruta. Un sendero muy bien señalizado y muy recomendable para las personas que se inician en el mundillo del senderismo.
El sendero cubierto de hojas de la otoñada, hicieron el disfrute de los peques.
Una de las principales actividades económicas de estos pueblos de la Serranía de Huelva, es la crianza y matanza del cerdo Ibérico.
El sendero discurre por una zona de Ribera alimentada por el río Múrtiga que recibe el nombre de Ribera de Jabugo.
El primer tramo de la ruta es umbría y húmeda, donde la vegetación y la arboleda compuesta por chopos, sauces.... nos envuelve a nuestro paso.
La verdad es que nos hizo un día estupendo, la mañana al principio un poco fría y en algunas zonas de umbría se podían apreciar placas de hielo en algunos charcos. Pero ya a media mañana pudimos disfrutar de una temperatura más agradable.
Hubo tramos en la ruta donde el río Múrtiga lo llevábamos muy cerca y fue el deleite de nuestros chicos.
Alejándonos del río la vegetación cambia y encontramos alcornoques, encinas y algunos Quejigos. Encontramos un banco donde parte del grupo descanso un poco mientras que el resto del grupo llegaba.
! Que cansado estaba ya !.
Bajamos de nuevo y dimos otra vez con el río, tuvimos que cruzar por algunos pasos.
Ya nos quedaba el último tramo y el más duro para llegar al pueblo del Castaño. Tras una rampa de unos metros y bastante prolongada, donde abundaban numerosos matos, llegamos al Castaño del Robledo.
! HASTA OTRA AMIGOS DE LOS LOCANDARES!.
Esperamos que os haya gustado.
Fotos: - Antonio Manfredi
- Montero.
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