Hola amigos de los Locandares, volvemos con otra aventura.
Esta vez una de costas por uno de los parajes más bellos de nuestra costa andaluza, "La Playa de Bolonia". Catalogada este año como la mejor playa de España.
La playa de Bolonia está ubicada en el término municipal de Tarifa, en la comarca del Campo de Gibraltar (Andalucía) y frente a la ciudad marroquí de Tánger. Está limitada al oeste por el punta Camarinal y al este por punta Paloma; en el interior está bordeada por la sierra de La Plata, la sierra de la Higuera y la loma San Bartolomé.
Cuenta con una longitud de 3.800 metros y una anchura media de 70 metros, y está considerada una de las últimas playas vírgenes del sur de la Peninsula Ibérica.
Ruta circular de aprox. 18 km de longitud de dificultad MEDIA (tramos complicados de cantos rodados) y una duración aprox. de 4 horas.
Metiéndonos de lleno ya en la ruta, los Locandares partimos desde Aznalcazar a las 6:00 de la mañana en dirección hacia la Playa de Bolonia.
Después de desayunar en una venta por el camino, llegamos a Bolonia sobre las 9:30 de la mañana. La playa de Bolonia, es sin duda una de las playas que aún mantiene la etiqueta de "playas vírgenes", ya que solo se encuentra un pequeño poblado en ella.
Esta playa se caracteriza por qué cuando sopla el levante fuerte es imposible estar en la misma, tuvimos suerte y era moderado. A nuestro amigo Felipe le costó poner el cartel del grupo derecho.
Una vez colocadas las mochilas y hacernos la foto de rigor, nos dirigimos hacia el inicio del sendero, "Colada de la Reginosa". Para ello tuvimos que cruzar el pequeño poblado hasta llegar a la puerta de lo que parecía un cortijo.
Una vez cruzada la entrada de ese imaginable cortijo, seguimos por un camino lindando a nuestra izquierda con una finca de ganado vacuno. Después de abrir una alambrada llegamos al inicio de un pinar.
Caminamos por un sendero bien señalizado cuya vegetación esta formada por un pinar bajo, y donde se aprecian palmitos y lentiscos...
Mirad nuestro amigo Roque haciendo de camaleón y mimetizándose con esta planta.
A un km del sendero, aproximadamente, cambió la morfología del mismo, y se transformó en un sendero con bastante arena que nos recordaba a los del Parque Nacional de Doñana, haciéndose el pinar más tupido.
Nos encontramos uno de los numerosos Bunkers que pudimos ver a lo largo de la ruta. El grupo subió arriba del bunker para apreciar las impresionantes vistas que nos ofrecía de la costa.
Como nota histórica, tras la finalización de la Guerra Civil Española el área del Estrecho se vio sometida a un fuerte proceso de fortificación. En los alrededores de la ciudad de Tarifa fueron muchos los búnkeres de ametralladoras que se construyeron a lo largo de la costa al amparo del denominado Plan defensivo del Campo de Gibraltar.
Después de estas bellas vistas, seguimos caminando hacia la dirección del final del sendero "Coloda de la Reginosa". A nuestro paso pudimos ver una flor que nos llamó mucho la atención, "Azucena de mar".
Con unos km ya en nuestras piernas llegamos al final del sendero. Antes de llegar pasamos por un camping donde nuestro amigo Isi comentó con un trabajador del mismo en forma de broma, si podíamos entrar a tomar unas cervezas, "LA GASOLINA DEL GRUPO".
Después de cruzar un pequeño poblado, donde nuestro amigo Roque comentó que le gustaría vivir unos pocos años en plan ermitaño, llegamos a un complejo militar abandonado, encontrando una cancela a nuestra derecha que nos llevo hacia la playa.
Cuantas noticias nos han llegado de pateras que no han tenido la misma suerte que esta que nos hemos encontrado y se han ahogado todos sus tripulantes.
Tomamos dirección a nuestra izquierda y nos dirigimos caminando por la costa hacia las dunas de Valdevaqueros.
Mirad que buenas lapas hay en estos parajes, nos entraban ganas de coger la navaja y comernos algunas.
Nuestro amigo Diego había estudiado bien la ruta, y a partir del mediodía la marea bajaba, esto nos facilito caminar por la arena.
Nos quedábamos atónitos contemplando el color turquesa de esas aguas cristalinas.
Después de cruzar a otra pequeña cala encontramos nuestro segundo bunker, junto a el estaba un colegio de chavales extranjeros disfrutando de unos baños.
No os podéis imaginar a los que nos gusta el senderismo, lo relajante que es poder caminar escuchando el rompiente de las olas.
Llegando a las Dunas de Valdevaqueros el terreno se hizo más abrupto, ya que tuvimos que pasar pequeños acantilados en los cuales sorteamos numerosas piedras.
Mirad lo que se encontró nuestro amigo Gallego.
Sobre las 12:00 del día llegamos a las Dunas de Valdevaquero, y decidimos tomar un pikislavi para recuperar fuerzas y descansar un poco. A lo lejos veíamos el faro de Tarifa y numerosas personas haciendo el deporte del "Kitesurf".
Una vez apaciguado el hambre nos dirigimos de nuevo hacia Bolonia, la vuelta lo haríamos por la costa ya que teníamos el factor de la marea baja y podríamos cruzar por lugares que sin esta circunstancia no se podría pasar.
Continuamos caminando en dirección hacia donde comenzamos nuestra ruta, contemplando estos parajes inolvidables para la vista que nos ofrecían las pequeñas calas de la playa de Bolonia.
Con mucha precaución por posibles torceduras íbamos pasando numerosos obstáculos que nos ponían las piedras a nuestro paso.
Llegamos a unos de los lugares más bellos de nuestra ruta, la marea baja dejaba al descubierto unas pequeñas piscinas naturales.
Sobre las 15.00 horas aprox. llegamos al inicio de nuestra ruta, y antes de subir a la duna de Bolonia nos pegamos un merecido descanso, tomando unos bocadillos y acompañados con unas cervecitas bien frías.
Después de haber descansado un poco y apaciguar el hambre, nos dirigimos por un sendero de tablas hasta la duna de Bolonia.
Antes pudimos admirar desde el sendero de madera los restos arqueológicos de la ciudad romana "Baelo Claudia".
La ciudad nace a finales del siglo II a. C. sobre un asentamiento fenicio-púnico más antiguo (Bailo, Baelokun), y su existencia está muy relacionada con el comercio con el norte de África. La industria de salazón y el garum (una salsa derivada del mismo) fueron las principales fuentes de riqueza. El emperador romano Claudio le concedió el rango de municipio romano.
Llegamos al final del sendero de madera y nos dispusimos a subir la duna de Bolonia. Con sus 30 metros de altura máxima y cerca de 200 metros de anchura.
El conjunto denominado barjanal por sus dunas en forma de media luna perpendiculares al viento y con pendientes desiguales, es de los pocos transgresivos de Andalucía, esto es, que progresa tierra adentro, alimentado por el viento de levante e invadiendo el pinar.
La subida fue dura y más con los km que llevábamos ya en nuestras piernas, pero fue gratificante las impresionantes vistas de la costa que se podían observar desde la cima de la duna.
Después de disfrutar tirándonos por las pendiente de la duna y echar unas risas, bajamos y nos dimos un merecido baño en las aguas cristalinas de esta magnifica playa.
Esperamos que os haya gustado.
! Hasta otra amigos de los LOCANDARES !
fotos: Juan Antonio Montero Fuentes.
Isidoro Cabello.
Roque Masero.
Buenas tardes Locanderos,gracias por compartir esta entrada, muy bonita esa zona.Un saludo.
ResponderEliminarJuan, me alegro que te haya gustado. Os recomiendo en unas vacaciones de poder disfrutar de estas playas. Un saludo.
EliminarUna chulada de ruta... y un privilegio hacerlo junto a la playa. Los que vivimos por el interior no tenemos esa suerte. Gracias por publicarlo en el blog y felicidades por el trabajo bien hecho.
ResponderEliminarMe alegro Alicia que te haya gustado. Espero que un día tengas la oportunidad de visitarlos y disfrutar de sus bellos paisajes costeros. Un saludo.
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