Hola amigos.
Quien nos iba a decir que hace dos años, cuando comenzamos nuestra andadura en el mundillo del Senderismo, este grupo iba a llegar a cotas tan altas como la que realizamos el día 30 de Junio del 2012.
Creo que a todo el grupo esta fecha no se le olvidará en la vida, siempre estará en nuestra mente. Son tantas las experiencias vividas en esta ruta (muchas risas, buenos momentos y también mucho sufrimiento) que nos podríamos llevar escribiendo horas y horas.
Después de dos meses preparando esta ruta, los LOCANDARES alcanzamos la cima más alta de la Peninsula Ibérica, EL MULHACEN, con sus 3.478,6 m de altitud es también el tercer pico más prominente de Europa Occidental (Continental) después del Mont Blanc y el Monte Etna.
La ruta es circular, la ascensión al pico la llevamos a cabo por Las Siete Lagunas, y el descenso lo hicimos por el Alto del Chorrillo. Aproximadamente tiene una longitud de 26 km con un nivel de dificultad ALTO- MIDE. El tiempo en que realizamos la ruta fue de 12 horas, con 29 paradas.
La ruta está muy bien señalizada con hitos de piedra, aunque bastante discretos, aunque de todas formas llevabamos el GPS con el track de Pello (wikilok: Circular Trevelez-Mulhacen). Tengo que decir que es bastante fiable el Track.
Esta ruta la realizamos 10 locandares ( Montero, Felipe, Pelayo, Roque, Diego, Gallego, Richard, Juanma, Jose Alamo, Antonio Vargas
Abajo de izquierda a derecha ( Montero, Richard, Gallego, Diego y Roque)
Sobre la una de la mañana salimos de Aznalcazar los últimos cuatro componentes del grupo en dirección hacia Trevelez, para reunirnos con el resto del grupo que ya se encontraba en dicho pueblo.
A las 6:30 de la mañana llegamos a la plaza del barrio medio de Trevelez y nos encontramos con el resto del grupo. Después de tomarnos un café y preparar las mochilas, nos dispusimos a comenzar nuestra ruta.
Callejeando por las calles del pueblo llegamos al inicio de sendero Trevelez- Siete Lagunas. Hubo risas cuando nuestro amigo Roque comentó, " Todavía no hemos salido del pueblo y ya estoy cansao".
Desde el inicio de la ruta el grupo no dejo de subir. Llevabamos un sendero bien definido acompañados por una acequia que a vecs teníamos que cruzar de un lado a otro. Esta acequia se une en algunos tramos con el sendero, y teníamos que andar por el borde de la misma.
Nos encontramos muchas pequeñas cascadas que vierten sus aguas en los campos de los alrededores.
En este primer tramo de ruta encontramos una fuente donde refrescarnos un poco mientras seguíamos subiendo.
Las risas eran abundantes en este primer tramo de ruta. La vegetación de ribera se hace palpable, y hay gran cantidad de helechos.
Cruzamos por otra cascada que hacía de esta primera parte de la ruta un paraje muy bello y sombrío, donde se puede apreciar una vegetación formada por nogales, cerezos, chopos y castaños.
Nos quedamos sorprendidos por un invento que los lugareños utilizan para filtrar el agua. Nuestro amigo Jose Alamo nos comentó como funcionaba: "El agua que baja de las montañas cae en el bidón que contiene una tela que hace de filtro, y el agua ya filtrada sale por una goma que se encuentra en el medio del bidón".
Tras unos 45 minutos de marcha llegamos al Cortijo de Piedra Redonda. Estos son los típicos cortijos de la Alpujarra de una sola planta y construidos con lajas ( piedra típica de esta zona).
Pasando el cortijo la senda se bifurca en dos. A 1.800 metros de altura, nos encontramos una señal que nos indico el camino a seguir a las Siete Lagunas.
Tomamos el sendero hacia la izquierda y comenzamos a subir por una vereda que los lugareños denominan la "Loma del Mulhacen".
La vegetación cambia a esta altura, se hace más árida, y este tramo de ruta se hace bastante duro por un sendero en forma de zig-zag que se hace interminable.
Después de subir otros metros llegamos hacia una pequeña planicie donde encontramos una de las mejores vistas del Río Trevelez. En esta vista panorámica se puede apreciar la Peña de los Papos con sus 2533 m y Piedra Ventana con sus 2.474 m de altitud.
El grupo tomó un respiro recreándose en estas formidables vistas. Aprovechamos en este parón para juntarnos protección solar, ya que la zona sombría había terminado y nos hallábamos con el sol de pleno.A estas alturas los rayos ultravioletas pueden hacer bastante daño.
Subimos una fuerte pendiente hasta la Acequia Gorda donde crecen juncos, helechos, majuelos, rosales silvestres, etc.
Nuestro amigo Juanma encontró una variedad de orquídea que se da en Sierra Nevada,y que según nos comentó era muy difícil de encontrar. Su nombre científico, " Dactylorhiza Elata".
Cruzamos la Acequia Gorda y pudimos apreciar un grupo de senderistas que estaban descansando un poco y reponiendo fuerzas para seguir la ascensión. Como connotación histórica hay que comentar que esta acequia fue construida por los moriscos en tiempo de Fernando el Católico.
Tomamos dirección a la Campiñuela, mientras seguíamos subiendo por una fuerte pendiente. Antes teníamos que llegar a Prado Largo. Este lugar es una extensión de terreno formada por una vegetación de pinos.
El grupo después de una fuerte subida decidió descansar un poco, tomar algo de frutos secos y reponer algo de líquido.
Dejamos Prado Largo y nos dirigimos dirección a La Campiñuela, la cual se encuentra a un kilómetro y medio de donde paramos a descansar. Seguímos subiendo la vereda en forma de zigzag y con una fuerte pendiente durante media hora.
Después de pasar por una repoblación de pequeños pinos llegamos a La Campiñuela. Situada a 2.400 m de altitud, supone el límite altitudinal donde el arbolado da paso a una vegetación de porte almohadillado.
En la Campiñuela un antiguo cortijo nos revela el uso agrícola y ganadero de esta zona. Además de sembrar Centeno se sembraba " Papas de la Sierra". Hoy en día se ha dejado de cultivar en las zonas altas de la Sierra.
También nos encontramos "La Acequia de los Postreros", aunque en estos momentos no llevaba agua por las altas temperaturas que había soportado el lugar ya en esta fecha. Esta acequia bordea toda la Campiñuela, sirviendo tanto para el regadío de los cultivos como para el "careo", alimentando los borreguiles y zonas de pasto.
Desde la Campiñuela ya se podía apreciar a lo lejos el siguiente de nuestros objetivos, las "Chorreras Negras". Nos dirigimos hacia ellas, con el ánimo muy alto, puesto que pronto podíamos tener en vista ya nuestro objetivo, "El Mulhacen".
Las fuerzas cada vez eran mas escasas. Tras de caminar unos metros llegamos a un venero que llevaba algo de agua. El grupo se tomo un pequeño respiro y hubo quien se refrescó los pies. No os podéis imaginar lo fría que estaba el agua.
Cruzamos el venero y seguimos la vereda durante unos metros, pronto encontramos el "Río Culo de Perro". Es el río que nace en las Chorreras Negras por donde desaguan Las Siete Lagunas, finalmente desemboca en el Río Trevelez.
Este río se va encajonando hasta llegar a las Chorreras. Antes llegamos a los restos de "La Presa Del Vertedero (2.535 m)". Esta presa fue construida para medir el caudal del río.
Seguimos por el margen izquierdo del río recreándonos con las maravillosas vistas que nos ofrecía la madre naturaleza. El grupo buscó por el cauce del río un lugar donde pasar hacia el otro margen, donde seguía el sendero de nuestra ruta.
La Presa Vertedero vista desde otra perspectiva
Río Culo de Perro
Una vez cruzado el Río Culo de Perro nos dirigimos hacia las Chorreras Negras. Tuvimos que sortear una pequeña pendiente y nos plantamos en la base de la pendiente de estas.
Decidimos descansar un poco y reponer algo de fuerzas para realizar el ascenso por las Chorreras Negras hasta la laguna de Ondera. Pero antes el grupo recibió un golpe bajo de moral de nuestro amigo Roque, ya que llegó con pocas fuerzas hasta esta parte del recorrido y nos comentó que no iba a subir las Chorreras, que se volvía hacia Trevelez.
Estuvimos intentando que se viniera a razones y que siguiera con el resto del grupo, pero no tuvimos suerte. Decía unas frases muy raras, parecía que le había afectado el mal de altura.
Nos despedimos de nuestro amigo con la tranquilidad de que no había problema en la vuelta de nuestro compañero, ya que muchas personas venían de regreso de haber hecho ya cima y podía unirse a ellos para volver hacia Trevelez por el mismo recorrido que ya habíamos hecho.
El grupo se preparó para ascender las Chorreras Negras y llegar a las Siete Lagunas. La ascensión iba ser dura y con paso lento, puesto que la pendiente era considerable.
La verdad es que la ascensión de las Chorreras a casi todo el grupo se nos hizo bastante dura, por la dureza de la misma y la orografia del terreno. Cerca de los 3000 metros de altitud la respiración se entrecortaba, haciendo un gran esfuerzo físico.
Pero era un autentico placer escuchar el agua por la cascada y caminar por al lado de la misma.
En la foto se puede apreciar en la parte alta de la cascada una pareja de cabras montesas
En media hora de ascensión llegamos a la Laguna de Onderas (Siete Lagunas,) que es la que desagua por las Chorreras. Estábamos exhautos, pero todo esfuerzo tiene sus frutos y allí en ese prado nos vino a nuestro ojos El Mulhacen, objetivo de nuestra ruta.
El Mulhacen
El grupo descansó un poco antes de realizar la ascensión a la cima del Mulhacen. Encontramos ganado vacuno en Las Siete Lagunas y no podíamos explicarnos como habían llegado estas vacas a una altitud de 2.900 metros.
Una vez que el grupo se recuperó un poco de la prominente subida de las Chorreras, comenzamos a subir una ladera que nos llevaría hacia la cima del Mulhacen.
Tenemos que comentaros que esos 800 metros que nos quedaban hasta la cima, fueron de autentica locura, ya que el viento que arreciaba por esta zona era horroroso. Estimamos que soplaba sobre los 80 a 100 km por horas.
Cada vez que alcanzábamos más altura se podían apreciar otras de las lagunas que sus aguas desaguaban en la laguna de Onderas.
La subida se hizo eterna, y las rachas de viento menguaban nuestras fuerzas. La moral del grupo se vino abajo, algunos miembros del grupo tenían cargados los aductores, cuadriceps, etc, y peligraba hacer cima. Cada 50 metros teníamos que parar y refugiarnos en la roca, para descansar un poco.
Nos encontramos algunos neveros importantes subiendo a la cumbre. Aunque tengo que decir que según las fotos de otros años en estas fecha suele haber más nieve en la cima del Mulhacen.
Todavía no habíamos hecho cumbre y las vistas de la Sierra eran espectaculares.
Cima del Mulhacen (3478.6 m)
Las vistas desde la cumbre eran como nuestro amigo Almagro dice, "ESPECTACULARES". La verdad no sabríamos explicar con palabras lo que en ese momento sentímos.
Después de recrearnos con las vistas que nos ofrecía la cima llegó el momento de plasmar nuestra identidad de grupo en la cima del Mulhacen. Para ello nuestro amigo y orfebre Manuel Almagro nos habia construido una placa conmemorativa para dicho evento.
La pena que el propio Almagro y otros miembros del grupo como Manolo, Jose Cabello, Richard, Aranda, Peña, Antonio Manfredi, Jose Antonio, Angel, que por diversos motivos no pudieron acompañarnos en esta ruta.
Hacemos una mención especial a nuestro amigo Roque, que no pudo acabar la ruta con el grupo pero que sentíamos que estaba a nuestro lado en el momento que tocamos el cielo.
La placa fue transportada por nuestro amigo Jose Alamo, alias el Sherpa a partir de esta ruta, y lo digo porque pesaba un quintal, fue anclada como no por el manitas del grupo nuestro amigo Pelayo.
En la cima del Mulhacen también se encuentra una pequeña capilla que alberga la Virgen de las Nieves. El grupo también le dejo un pequeño banderín para que nos diera salud y trabajo en estos malos tiempos que estamos viviendo.
Decidimos recuperar fuerzas comiendo algo antes del descenso. Cada miembro se iba resguardando del viento como podíamos. Algunos de los miembros se metieron en unos refugios que se encuentran en la cima.
Después de un breve descanso nos dirigimos dirección sur hacia el Mulhacen II, otro punto geodésico que se encuentra a 3.368 metros de altura, para después coger dirección sur por una vereda que nos llevaría al "Alto del Chorrillo".
Mulhacen II ( 3368 m)
La bajada de la Cima del Mulhacen por el lado Sur hasta el Mirador de Trevelez fue más suave que la que llevábamos hacia el pico por las Siete Lagunas. Desde el Mulhacen II hasta el Alto del Chorrillo bajábamos por un sendero pedregoso pero bien señalizado.
Antes de bajar comprobamos el agua que disponíamos, ya que en esta ruta que va desde el Mulhacen hasta Capileira no hay posibilidad de llenar las botellas de agua. Había momentos que parecía que estábamos caminando por el Desierto.
Bajar por el Alto del Chorrillo tiene una dificultad añadida, y es que si sopla el viento ese día, es un constante azote en el cuerpo hasta que llegas hasta el Mirador de Trevelez y bajas por la loma hacia el pueblo de Trevelez.
Cada dos por tres el grupo tenía que refugiarse en unos muros de piedras que encontrábamos por el sendero, para descansar del azote del viento.
Bajamos la vereda y tomamos un sendero amplio, donde un todo terreno podía llegar por este lado sur cerca de la cima. Este sendero por su camino le habían colocado grandes pedruscos para que los coches no pudieran pasar por el mismo.
Damos fe que podían llegar a la cima, puesto en la coronación de la ruta pudimos ver un grupo de personas en montanbike que habían llegado a la cima por el sendero del Alto del Chorrillo.
Después de unas horas, llegamos al Alto del Chorrillo, el cual se bifurcaba un camino a la derecha para el refugio del Poqueíras y a la la izquierda tomamos dirección hacia el Mirador de Trevelez y siguiente destino de nuestro grupo.
Desde este punto se podía apreciar el Veleta a lo lejos, un pico puntiagudo. ¿Para el año que viene?, Dios dirá.
El pico puntiagudo "El Veleta (3.395.68 m)
En un cuarto de hora llegamos al "Mirador de Trevelez". Las vistas del Pueblo y el río Trevelez eran espectaculares. Pero no menos espectacular era la bajada que el grupo tenía que llevar a cabo para llegar al pueblo.
Empezamos a bajar la ladera que nos llevaría hacia el pueblo de Trevelez y objetivo final de nuestra ruta. Nuestro amigo Montero se puso a temblar, ya que para él las bajadas se le hacen eternas y sufre mucho.
Lo mejor que nos pudo ocurrir era que bajando la loma se acababa el viento, nuestro amigo Juanma dio gracias a Dios !Que mal lleva lo del viento!.
La bajada se hizo interminable, descendíamos por un sendero en zig-zag. Nuestro cansancio hacía que nuestro cerebro no funcionara bien y nos parecía que el pueblo se iba alejando en vez de acercándose.
En la bajada encontramos un helipuerto construido con piedras, al lado de un refugio. Nos imaginamos que será por si hay que rescatar a alguna persona que haya tenido algún tipo de percance.
Aprovechamos dicho helipuerto para descansar un poco y refrescarnos.
Mientras bajábamos observamos que posadas en el sendero había numerosas mariposas pequeñas de colores. Era una imagen verdaderamente bella.
Después de doce horas de ruta llegamos a Trevelez. Aunque estábamos fisicamente derrotados, era tal la satisfacción del grupo que solo nos acordábamos de los buenos momentos que habíamos pasado en la montaña.
Hicimos noche en el "Camping Trevelez". Cenamos en el mismo camping un menu formado por plato alpujarreño (patatas, pimientos, longanizas, morcilla, huevos, jamón ibérico, cebolleta) que estaba exquisito. Nos bebimos lo más grande en cervezas Alhambra.
Mientras tomamos unas copas en el bar del camping, nos deleitamos con las historias de la montaña que nos contaban nuestros amigos y amos del camping. Por si alguien se anima a subir algunos de los picos de Sierra Nevada y quieren llevar guía, pueden hacerse con este servicio preguntando en el Camping Trevelez.
Camping Trevelez
Espero que os haya gustado esta aventura de los Locandares.
!HASTA OTRA AMIGOS!.
Galeria de fotos proporcionada por Antonio Vargas, Jose Alamo, Juan Antonio Montero.
Yo estuve el año pasado pero meque con las ganas de subir espero subir nose cuando pero no tardare mucho un saludo y un abrazo
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