( Panorámica de " El Salto el Cabrero" )
Hola amigos de Locandares.
Aquí os contamos otra de nuestras aventuras, una ruta circular por la Sierra de Grazalema (Cádiz). La ruta tiene una longitud de 22 km y una duración, con paradas, de 9 horas y 30 minutos aprox. El nivel de dificultad según el track seguido era Medio, pero al grupo se nos hizo bastante duro elevándolo a Medio-Alto.
Agradecer a Diego la planificación de la ruta, ya que por sus grandes conocimientos sobre la Sierra de Grazalema pudimos llevar a cabo una de las rutas más bellas que los locandares han realizado hasta ahora.
La ruta la realizamos 12 Locandares: Francisco Roque, Ricardo Perea Jurado, José Antonio Rodríguez, Juan Antonio Montero, José Cabello, Gallego, Antonio Aranda, Manuel Almagro, Diego, Manuel Marcelo, Felipe, Francisco Pelayo.
Salimos del bar los Búcaros a las 6:30 de la mañana después de tomarnos un café para entrar en calor, ya que la mañana en Aznalcázar era bastante fría. Nos podíamos hacer una idea del frio que iba a hacer en plena sierra.
Sobre las 8:00 de la mañana llegamos a “El Bosque”, pueblo de la Sierra de Grazalema donde el grupo desayunó. Nuestro amigo Diego nos comentó que desde aquí al Puerto del Boyar, inicio de nuestra ruta, había una media hora de camino.
A las 9:00 de la mañana llegamos al “Puerto delBoyar”, con una altitud de 1100 metros sobre el nivel del mar. Tras la foto de grupo nos colocamos las mochilas y nos dispusimos a comenzar la primera parte de la ruta que habíamos grabado previamente de Wikiloc.
Esta parte de la ruta comprende desde el Puerto del Boyar, pasando por el Dornajo y hasta Benaocaz. Este tramo no está señalizado por la Junta de Andalucía, aunque después nos dimos cuenta que parte del mismo está marcado con pintura en las piedras, y con piedras amontonadas.
Con una temperatura de dos grados, un frío que pelaba, comenzamos a caminar. La ruta empieza con una de las subidas importantes del día. Subimos por un sendero lleno de piedras, y las vistas de la sierra conforme ascendemos son impresionantes.
Al terminar la subida nos encontramos un pequeño llano cubierto por el Pinar, donde aprovechamos para relajar las piernas. Algunos en el grupo comentaban riéndose que si todo el recorrido iba a ser así, y nuestro amigo Almagro con el pañuelo al estilo árabe gastaba bromas con Roque.
El entorno es muy bonito. Las montañas que teníamos a nuestro lado eran espectaculares. Después de un km, aproximadamente, llegamos a la Caldera del Navazo.
Como muy bien nos explicó nuestro amigo Diego, consistía en un pozo donde se colocaba gran cantidad de leña, a continuación se colocaban las rocas de cal, y finalmente se prendía fuego a la vegetación que había en el interior del pozo.
Las altas temperaturas alcanzadas en el interior del agujero hacen que las piedras se desboronen convirtiéndose en cal viva u Oxido de Calcio. Los lugareños se turnaban antiguamente para que nunca faltara leña dentro de los pozos.
Después de este breve descanso escuchando las explicaciones de nuestro amigo Diego, nos dispusimos a seguir nuestro camino en dirección al Dornajo.
Tras un pequeño llano comenzamos a subir de nuevo entre piedras y con unas vistas espectaculares.
Llegamos a una zona de lapiaces (Laberintos de piedras). Los lapiaces son surcos u oquedades de dimensiones pequeñas o medianas, separados por tabiques o paredes de rocas en algunos casos agudos.
Los lapiaces aparecen en afloramientos de roca caliza por procesos Kársticos.
Caminamos por estos lapiaces encontrando un tipo de vegetación característica de estos lugares, “Vegetación Rupícula”.
Seguimos caminando en dirección al Dornajo, recreándonos de los paisajes tan bellos que la Sierra de Grazalema nos ofrecía. La verdad es que dimos con un día estupendo, ya que a esta altura y con día nublado, no habríamos disfrutado tanto de estos bellos parajes.
Después de un breve descanso para recuperar fuerzas y beber un poco de agua, seguimos en dirección al Dornajo.
Después de un breve descanso para recuperar fuerzas y beber un poco de agua, seguimos en dirección al Dornajo.
Entre risas y charlas continuamos subiendo y bajando laderas de las montañas, encontrado en ellas algunas encinas.
Después de un par de horas llegamos al Dornajo. Es una casa derruida en plena sierra de Grazalema, donde han construido un refugio para los montañeros.
Descansamos un poco y aprovechamos para echar unas fotos. Nuestro amigo Almagro bromeo con el precio de dicha vivienda.
( El Dornajo )
La casa del Dornajo está rodeada de Encinas con el tronco cubierto de musgos y Quejigos ancestrales.
( El Dornajo )
La casa del Dornajo está rodeada de Encinas con el tronco cubierto de musgos y Quejigos ancestrales.
Tras el descanso, y siguiendo el track que llevábamos en el GPS, continuamos en dirección hacia el pueblo de Benaocaz.
Muy cerca del Dornajo y en dirección a Benaocaz encontramos una pileta con un agua riquísima que procede de las montañas. Esta pileta es de utilidad para las personas que viven en el Dornajo y sus bestias.
Muy cerca del Dornajo y en dirección a Benaocaz encontramos una pileta con un agua riquísima que procede de las montañas. Esta pileta es de utilidad para las personas que viven en el Dornajo y sus bestias.
Por el camino íbamos también siguiendo unas señalizaciones azules, las cuales en un pequeño despiste nos desviaron de la ruta que llevábamos en el track, dirigiendonos hasta un valle. Después de pasar por una alambrada seguimos en la dirección que nos marcaban estas señales.
Puesto que cada vez nos desviábamos más de la ruta predeterminada en el Track del GPS, decidimos girar a nuestra izquierda cuanto antes y recobrar de nuevo la ruta ya marcada para no tener problemas y acabar perdiéndonos.
Seguimos dirigiéndonos hacia la izquierda cuando el camino lo permitía, ya que nos encontramos numerosas dificultades para retornar hacia el sendero predeterminado en el track.
Después de subir la ladera de una montaña, bajamos a un pequeño valle, donde encontramos todo tipo de rocas de formas pintorescas. La erosión del agua en la roca calcárea había construido cuevas o túneles en ellas.
Dejamos atrás el valle y nos dispusimos a subir, siempre a la izquierda, rumbo suroeste, puesto que pronto nos íbamos a encontrar el pueblo de Benaocaz en el horizonte.
Sobre las doce de la mañana nuestro amigo Pelayo propuso que cuando subiéramos la colina hiciéramos una parada para comer algo, beber algo de líquido y descansar un poco.
Subimos a lo alto de la colina y el grupo estuvo de acuerdo en parar. Tenemos que decir que en nuestra vida nos hemos comido un bocadillo con tan impresionantes vistas dela Sierra a nuestro alrededor.
Sobre las doce de la mañana nuestro amigo Pelayo propuso que cuando subiéramos la colina hiciéramos una parada para comer algo, beber algo de líquido y descansar un poco.
Subimos a lo alto de la colina y el grupo estuvo de acuerdo en parar. Tenemos que decir que en nuestra vida nos hemos comido un bocadillo con tan impresionantes vistas de
Después de descansar y apaciguar el gusanillo del hambre, nos dispusimos a seguir caminando para llegar a Benaocaz. Bajamos la colina y nos encontramos el único arroyo de agua de toda la ruta. Tuvimos que pasar a la otra orilla del arroyo y nuestro amigo Almagro tuvo un pequeño percance, que si no es por su destreza se pone de agua hasta las trancas.
Tras otra pequeña subida donde nos encontramos otro refugio apareció en nuestra vista el pueblo de Benaocaz.
Sobre la una llegamos al pueblo, y lo cruzamos buscando el sendero de “La Calzada Romana ”. Mientras cruzamos el pueblo pasamos por una fuente que según nuestro parecer tiene que ser muy antigua, y también por la Iglesia. Pudimos apreciar que es un pueblo tranquilo, ya que no había apenas movimiento de personas por sus calles.
Después de localizar el inicio de sendero hicimos una reunión para decidir si hacer esta parte o no, ya que suponía varios kilómetros más y aun quedaba el último tramo hacia el Puerto del Boyar por el sendero de “ El Salto del Cabrero”.
Después de deliberar nuestro amigo Almagro propuso de hacer el sendero de “La Calzada Romana ” hasta llegar a un poblado que según él se encontraba cerca de Ubrique.
Todos de acuerdo comenzamos el sendero en dirección al Poblado Romano. El sendero es de piedras y algunos tramos estaban bastante deteriorados. Durante el recorrido pudimos apreciar la ingeniería Romana de esos tiempos y su forma de construir el camino.
Pudimos apreciar las alcantarillas Romanas. Al ser un lugar de muchas precipitaciones las alcantarillas evitaban las escorrentías y con ello la destrucción del camino.
Durante una hora caminamos pendiente abajo por la calzada, con lo que conllevan las bajadas en el grupo, ya que casi todos preferimos las subidas.
Tras una curva pronunciada pudimos ver a lo lejos el pueblo de Ubrique, a un kilometro y medio aprox.
Nos encontramos una piara de cabras que ocupaba todo la calzada. Le preguntamos al cabrero si el poblado Romano estaba cerca y nos dijo que el poblado no se encontraba en la calzada, sino pasando Ubrique.
Entonces el grupo se reunió y decidimos volver a Benaocaz, ya que si seguíamos hasta Ubrique podía cogernos la noche en el sendero del Salto del Cabrero.
Nos encontramos una piara de cabras que ocupaba todo la calzada. Le preguntamos al cabrero si el poblado Romano estaba cerca y nos dijo que el poblado no se encontraba en la calzada, sino pasando Ubrique.
Entonces el grupo se reunió y decidimos volver a Benaocaz, ya que si seguíamos hasta Ubrique podía cogernos la noche en el sendero del Salto del Cabrero.
Dimos media vuelta y nos dirigimos hacia Benaocaz de nuevo. La subida con tantas piedras nos hizo polvo las rodillas a algunos miembros del grupo.
Sobre las tres de la tarde llegamos a Benaocaz, las caras de cansancio eran evidentes. Decidimos que el almuerzo lo íbamos a realizar subido el puerto de San Fernando y no allí, el grupo ha tenido ya alguna experiencia de comer antes de subir un puerto y pasarlo bastante mal en la subida.
Pero antes nos tomamos una cerveza que nos sentó de muerte y nos subió el ánimo para realizar la última parte de nuestra ruta.
Una vez localizada la señalización de inicio del sendero “El Salto el Cabrero” nos dispusimos a realizarla. La primera parte es una fuerte subida al puerto de San Fernando.
Después de dejar el pueblo atrás y cruzar un cancelón, pasamos por un puente que tenía que ser antiquísimo, aunque el arroyo que por el pasaba estaba seco a causa de las bajas precipitaciones de este año.
Tras cruzar el puente y a unos metros, comenzamos la subida al puerto de San Fernando, contemplando las montañas a nuestro alrededor y la espectacular vista del pueblo de Benaocaz desde la subida.
La subida al puerto fue bastante dura, ya que la subida de la Calzada Romana había hecho estragos y como decía nuestro amigo Ricardo entre risas, “llevo los dos carburadores abiertos y no puedo hablar”.
Una vez arriba del puerto, como teníamos previsto, el grupo hizo una parada y almorzamos. Cuál fue nuestra sorpresa que nuestro amigo Manuel Marcelo y Manuel Almagro habían entrado en una tienda en Benaocaz y habían comprado un litro de cerveza Cruzcampo y unas morcillas.
Durante el bocadillo nuestro amigo Manuel Marcelo nos dio unas clases de ecologismo. Lo que nos reímos el grupo en ese rato de descanso.
Después del descanso se reanudo la marcha en dirección al Salto el Cabrero. En el camino encontramos una curiosa forma de las plantas para buscar el sol al nacer entre rocas.
Arriba, en el llano del puerto de San Fernando, pudimos apreciar unas pequeñas casas que servían de refugio a los cabreros cuyas piaras de cabras pastaban en el llano.
Continuamos en dirección al Salto del Cabrero, temiendo que alguna nube descargara en nuestras cabezas.
Llegamos al indicativo que nos señalaba el mirador del Salto el Cabrero. El lugar era un autentico alucine, un prado rodeado de montañas y que parecía que estaba sembrado de césped. Algunos miembros del grupo hicieron alusión a venir otro día y montar tiendas de campaña, ya que era un lugar precioso.
Excepto cuatro miembros del grupo, el resto fuimos al mirador del Salto el Cabrero y nos quedamos asombrados de las vistas que la naturaleza nos ofrecía. Hicimos una breve parada para sacar fotos y recrearnos con las vistas.
“El Salto el cabrero” corresponde a un peñón rocoso fracturado en dos bloques, por una serie de fallas que lo cruzan. Estos dos bloques están separados por un pasillo rocoso de una altura de 50 metros y quedan delimitados por medio de abruptas paredes verticales, con escarpes de 80 metros en su sector de mayor desnivel. En ellos se encuentran una familia numerosa de buitres.
Después de pasar un rato en el Salto del Cabrero, el grupo decidió que era hora de partir hacia el Puerto del Boyar, punto donde finalizaría nuestra ruta.
Después de unos metros andando tuvimos que cruzar una valla móvil, y con la ayuda de nuestro amigo José Antonio pasamos a través de ella a un sendero abrupto, lleno de piedras y con grandes encinas.
Después de unos metros andando tuvimos que cruzar una valla móvil, y con la ayuda de nuestro amigo José Antonio pasamos a través de ella a un sendero abrupto, lleno de piedras y con grandes encinas.
Por el Sendero encontramos arboles de encinas caídos que no habían podido con la inclemencias del tiempo, y que formaban parte de la belleza del paisaje.
Seguimos caminando por un sendero formado por lapiaces y con un paisaje montañoso propio de la Sierra de Grazalema. Después de unos kms el grupo tuvo que hacer una importante bajada en dirección al valle.
Una vez en el Valle nos tomamos un pequeño respiro para beber un poco de líquido El sendero de montaña estaba haciendo cada vez más estragos. Se podía apreciar al fondo el impresionante “Torreón”, meta de los locandares para una próxima salida.
( El Torreón )
Después del breve descanso continuamos el sendero que nos llevaría hacia el puerto del Boyar. El grupo seguía bajando, y después de cruzar un cancelín pasamos por un bosque frondoso. Este lugar era otro de los encantos que nos regaló el sendero de “El Salto de el Cabrero”.
Seguimos caminando por el sendero, sabiendo que todo lo que habíamos bajado teníamos que subirlo, ya que el puerto del Boyar se encuentra a 1.100 metros sobre el nivel del mar. Y comenzamos una fuerte subida que parecía que no se acababa nunca.
Por el sendero de Subida al Puerto del Boyar encontramos algunos Quejigos milenarios, que se retorcían ante nuestros ojos.
Siguiendo el Sendero, llegamos a un lugar donde el grupo abrió varios cancelines pequeños de madera, cerrándolos a nuestro paso para que una piara de cabras no se escapara de el corralón.
Después de pasar por ese camino de madera terminamos el sendero y cogimos un camino forestal que nos llevaría hacia nuestro destino.
Después de pasar por ese camino de madera terminamos el sendero y cogimos un camino forestal que nos llevaría hacia nuestro destino.
Hasta otra amigos de los Locandares.
¡ESPERAMOS QUE LA RUTA OS HAYA GUSTADO!.
Maravillosas vistas las de esta ruta. Enhorabuna.
ResponderEliminarGracias Antonio. Para que el blog salga bien, tu también tienes parte de de implicación.
ResponderEliminarEnhorabuena por la ruta. Sois unos valientes, habéis hecho en un día lo que cualquiera hubiese hecho en dos. Me imagino como acabaron las piernas. Saludos
ResponderEliminarSe me olvidaba, las hayas (Fagus sylvatica) son árboles del norte de España, no los hay en las Sierras de Andalucía. Saludos
ResponderEliminarPues tienes razón. Lo corregimos a la espera de que los participantes en la ruta nos indiquen que tipo de árboles podían ser. Saludos.
ResponderEliminarSí señor. La ruta maravillosa, y los comentarios muy amenos. Cualquier día, el loco, nos vende un pino por una palmera, jeje. Es broma, a ver si algunos cobardes se deciden y participan en alguna. Ya sebéis a quien me refiero...
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