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31/5/11

RUTA NOCTURNA DEL CORREDOR DEL GUADIAMAR ( AZNALCOLLAR - AZNALCAZAR (28/05/11) )


Hola amigos de Locandares.

Aquí os contamos otra de nuestras aventuras.
Siempre hemos tenido ganas de hacer una ruta nocturna y por fin tuvimos fecha y ocasión de hacerla.

La ruta se fraguó un día antes en el Centro de Visitantes Guadiamar teniendo como anfitrión al responsable del mismo, nuestro amigo Ángel.


Esta ruta la realizamos ocho locandares (Francisco Roque, Antonio Manfredi, Ricardo Perea Jurado, Ricardo Gomez Romero, Jose Antonio Rodriguez, Antonio Vargas, José Cabello, Juan Antonio Montero).


La Ruta Nocturna comprende desde las Minas de Aznalcollar hasta el pueblo de Aznalcázar y tiene una longitud de 28 km, con una duración aproximada de 6 horas.

Este es el track de la primera parte de la ruta, desde el inicio del corredor hasta los merenderos de la Cuesta Las Doblas.


A las 18 horas después de tomarnos un cafelito, salimos en el todoterreno del Corredor con Ángel al mando en dirección a las Minas de Aznalcollar.


Durante el trayecto a la Mina, Ángel nos enseño varios lugares de interés, entre ellos una colonia inmensa de gorriones morunos.

Tras unas risas en el trayecto y algo de calor dentro del todoterreno, nos paramos en un lugar donde había una gran colonia de abejarucos.



Tras las respectivas fotos y una pequeña charla de Ángel, seguimos nuestro camino hacia el Observatorio del Palmar. Aquí vimos algunas parejas de patos reales y varias garzas en los arboles.




Seguimos nuestro camino pasando junto a la Balsa donde se vertió el lodo al río Guadiamar, punto de partida de nuestra ruta.

Pero antes de esto hicimos unos kilómetros más para conocer un molino que esta a la altura de Gerena.

Nos llevamos una gran sorpresa al ver que se encontraba en muy buen estado de conservación.




Justo en el techo del molino encontramos un nido de golondrina africana.


Después de las respectivas fotos y con ganas ya de andar Ángel nos llevó al inicio de la ruta, justo en el inicio del corredor verde.




A nuestra derecha dejámos la balsa donde produjo la catástrofe ecológica en nuestro entorno.

A pesar del enorme daño que ocasiono, viendo la longitud de la misma, no podíamos dejar de pensar que hubiera pasado si se hubiera vertido todo el contenido.
Y es que al parecer la balsa estaba dividida en dos y eso impidió una castratofe mayor.



El grupo quiso aprovechar las ultimas horas de luz y empezamos a tirar a un ritmo rápido para llegar lo más pronto posible a los merenderos de la Cuesta las Doblas (Sanlucar la Mayor).




Durante el recorrido pudimos observar algunas de las diferentes especies de plantas que nos encontrábamos en nuestro paso.



Algunas de las plantas era impropio la cantidad de caracoles que tenían.
Como el cardo que se ve en esta foto.

Aunque según nos comento Ángel, los caracoles de esta zona tienen una alta concentración en Cadmio, lo que desaconseja su consumo.


Optamos por cruzar al margen izquierdo según nuestra orientación para realizar la ruta.




Ya oscureciendo llegó lo que nosotros temíamos, los famosos mosquitos.

Aunque no eran los que picaban, sino los orejeros, una especie muy molesta, sino que se lo pregunten a Antonio Manfredi que no se le veía el cuello de tantos que tenía.




Ya con una oscuridad total, tuvimos que encender nuestras linternas.

El Roque y yo estrenamos las típicas linternas que se llevan en la cabeza, y como eran de las baratas había mucho cachondeo con que nos íbamos a electrocutar la cabeza. La verdad es que las linternas fueron todo un éxito.




Sobre las 11:30 horas llegamos a los merenderos de la Cuesta las Doblas, con mucha ganas de tomar algo para recuperar fuerzas después de 16 km en nuestras piernas.

El piquislabi fue muy bueno. Entre los filetitos empanados del Chorlo, la tortilla del Richard, el aliño del Richita y la chacina que habíamos llevado los demás nos pusimos como el kiko.




Después de unos 20 minutos de descanso, comenzamos de nuevo la marcha.

Pronto recuperamos la rapidez de la pisada para hacernos los últimos 12 km y llegar al corredor para encontrarnos con Ángel que nos dijo que iba a estar esperándonos.




Por el camino nos encontramos animales y insectos de todo tipo.

Entre ellos nos encontramos una serpiente escalera que gracias a Antonio Manfredi que la cogió para que no se fuese pudimos hacerle unas fotografías.




Entre risas y charlas continuamos caminando hacia el Mirador del Guadiamar.



Sobre las 13:45 cuarto llegamos al Centro de Visitantes del Guadiamar, donde nos esperaba Ángel para recibirnos.

Hay que agradecer a Ángel por todo lo que ha hecho para que esta ruta fuese un éxito.

Muy pocas personas se quedan hasta tan tarde esperando a un grupo para conversar un rato con el mismo.


Un poco cansados y con algunas ampollas, como es normal en los locandares, nos tomamos unas copas para celebrar el éxito de esta bonita ruta.




Hasta otra amigos locandares.

1 comentario:

  1. Que lote de andar nos pegamos esa noche colegas. Así salieron ampollas a mogollón.

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